Santa Anita: ¿Quién ordenó el secuestro del empresario que fue acribillado al intentar escapar?

La Policía continúa con las investigaciones para determinar quién ordenó el secuestro del empresario Machiavelli Laura, que fue asesinado cuando intentó huir de sus captores en Santa Anita. Todo apuntaría a una red criminal extranjera

Santa Anita: ¿Quién ordenó el secuestro del empresario que fue acribillado al intentar escapar? - Foto y video: América Noticias

Machiavelli Laura Lume un empresario dedicado al transporte de carga pesada, que fue víctima de un secuestro tras ser extorsionado.  Sus captores estaban a punto de introducirlo al más cruel cautiverio, pero cuando decidió escapar fue asesinado de varios disparos, dejando a toda una familia expuesta al dolor. Aun los responsables de este crimen siguen siendo intensamente buscados por la policía.

Por la espalda y jugándose la última carta para sobrevivir. Le dispararon dos veces en el cuerpo y el tiro certero en la cabeza. Mientras que sus verdugos solo buscan escapar. Pero, ¿quién estaría detrás de apoderarse de la libertad de un próspero empresario que trabajó toda una vida y que sus logros solo significan fortunas para quienes lo querían secuestrar y exigir así sumas impagables?

Machiavelli Laura Lume fue un hombre de 44 años que dejó su tierra de Pumacocha en Huancavelica. El futuro que veía él y sus hermanos en nuestra capital lo llevó a tener innumerables trabajos desde pequeño y así salirse de las garras del terrorismo.

La mirada emprendedora de la familia Laura los llevó a formar una empresa dedicada al transporte de carga pesada. Un negocio que les dio grandes ganancias, pero también la promesa de agrandar la familia.

Pero la ensaña se apoderó de su destino mucho antes de ser asesinado. En enero de este año, y según la familia Laura, algunos de sus trabajadores, aprovechándose de la confianza, habían tramado el robo a uno de sus camiones en plena vía Evitamiento a la altura del puente Tekno. 

El chofer de la unidad reportó que había sido víctima de la delincuencia. Lo que no se explican sus empleadores es que el carro, con los supuestos delincuentes, se toman su tiempo, descendió del vehículo y, sin ningún forcejeo o amenazas aparentes, decide emprender su marcha.

Siguen por la carretera central, donde finalmente descubren que la verdadera ruta los llevaba a Jicamarca. Un lugar tan recóndito que camuflaba las intenciones más perversas de apoderarse no solo del camión sino de los más de 40 mil dólares que llevaban en mercadería.

Era un verdadero cementerio de piezas dispersas y que nadie pudo explicar qué hacían en ese lugar. Estaban en pleno trabajo de quitarle el logo de la empresa para que vuelva a circular por las calles. Encontraron hasta el polo del chofer que fue puesto a disposición de las autoridades con un mensaje desde Cieneguilla.

No pasó mucho tiempo para que otra de sus unidades misteriosamente vuelva a ser robada. Según el conductor, dos motocicletas lo interceptaron para abrirse camino sigilosamente. Ni motorizados ni hechos temerosos, todo en video registrado en la antigua panamericana sur.

Días después tenía hasta una nueva placa y se desplazaba por el Centro de Lima. Todos unidos por descubrir la verdad, por entregarle cada evidencia a la policía. Que hasta la fecha no ha capturado a ningún responsable por estos hechos, donde los únicos perjudicados son los miembros de la empresa familiar.

Incluso uno de los hermanos de la víctima recibió mensajes de texto con el único fin de intimidarlos. La amenaza de dejar una granada de guerra no fue suficiente, tenían que planear toda una secuencia criminal hasta llegar al secuestro. Para que sepan que no se andan con juegos, hasta que entiendan el mensaje.

Los cachaquitos, los soldados de la muerte de la mafia llanera, se habían diseñado cómo dar el golpe. El último martes 20 de febrero. Siguieron la rutina del empresario por la avenida Michael Faraday. Eran 6:42 de la mañana, la víctima avanza hacia la cochera donde guardaba su camioneta. 

Cuando dobla la esquina. Sus captores aprovechan y salen corriendo detrás de su presa. Mientras que un tercer sujeto de negro trata de pasar desapercibido. Cortan el paso al empresario y lo suben a la fuerza en medio de tanta confusión.

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