Ollas comunes resisten frío extremo en lo alto de Ticlio Chico
Las madres de las ollas comunes en Ticlio Chico, Villa María del Triunfo, enfrentan el intenso frío y la humedad de Lima Sur para seguir alimentando a las personas más vulnerables de su comunidad
El invierno ha golpeado con fuerza a los vecinos de Ticlio Chico, en Villa María del Triunfo. Entre lluvias persistentes, humedad extrema y caminos intransitables, las madres de familia de esta parte de Lima Sur continúan operando sus ollas comunes para brindar alimentación a los más necesitados, pese al sacrificio físico y la falta de recursos.
En medio de una espesa neblina y bajo temperaturas que pueden descender hasta los 12 °C, las calles sin asfaltar se convierten en barrizales y las viviendas, hechas de triplay y calaminas, apenas protegen del frío. La ropa permanece húmeda por semanas y muchas personas sufren enfermedades respiratorias.
¿Cómo trabajan las ollas comunes en estas condiciones?
Desde las 4 de la mañana, con las luces aún encendidas en los postes, un grupo de madres y padres inicia la jornada encendiendo las hornillas con leña o cartón. Así comienza la preparación de alimentos en la olla común “Jesús mi fortaleza”, que da de comer diariamente a 54 personas de su comunidad.
Pero el clima no da tregua. El agua almacenada permanece helada, y las verduras se malogran en cuestión de días por la humedad. “Lavamos con agua fría, se nos entumecen las manos. No podemos enfermarnos, porque si no, ¿quién cocina?”, dice una de las voluntarias.
El pequeño almacén donde conservan los alimentos no perecibles también sufre por el clima. La cebolla germina, las papas se pudren y muchas veces deben rescatar lo que se pueda antes de que se eche a perder. “Todo cuesta y no podemos darnos el lujo de botarlo”, afirman.
¿Qué otras dificultades enfrentan en Ticlio Chico?
La falta de pistas y veredas complica el acceso. Los mototaxis, único medio de transporte, muchas veces no pueden subir por el peso o por el riesgo de quedar atrapados en el lodo. “Nos quedamos atascados, no hay otra forma de subir”, cuentan los conductores.
Los niños faltan a clases por enfermedades respiratorias, y los adultos mayores están expuestos al frío extremo sin abrigo adecuado. En medio de todo, las madres de las ollas comunes mantienen viva su labor social, resistiendo el invierno con determinación y entrega.
Dato:
La olla común “Jesús mi fortaleza” continúa activa desde la pandemia. Las familias de Ticlio Chico necesitan apoyo en frazadas, alimentos, ropa abrigadora y útiles de cocina. Para brindar ayuda directa, puede comunicarse con las organizadoras de la comunidad.














