Jackeline Salazar: ¿Quién dio la información para dar con la empresaria secuestrada?

La captura de uno de los presuntos secuestrados días antes del rescate de la empresaria Jackeline Salazar permitió conocer su ubicación en Carabayllo. Además, se revelan detalles del cabecilla que ordenó el rapto

Foto y video: América Noticias

Fueron 264 horas de amenazas, golpes e insultos por quienes la creían el gancho perfecto para cobrar los 2 millones de soles por su liberación. Jackeline Salazar tenía las manos como el cuello con heridas producto de las amarras y cinta aislante que usaron para inmovilizar. Sufrió la tortura por orden directa de quien se cree dueño de todo Lima norte.

Erick Moreno Hernández se ha convertido en el blanco objetivo de todas las divisiones de la policía. Pero comete el error de dejar a más de uno de sus sanguinarios soldados sueltos en plaza para que sean arrastrados a dar indicios de cómo opera y dónde encontrarlo.

El último viernes fuimos testigos de un rescate que nadie creía posible después de varios días. Una mezcla de sentimientos embargaba a la empresaria de 32 años. Un llanto desesperado en los brazos de su pareja, Erickson Pozo Reategui aliviaba los más oscuros episodios que le tocó vivir.

El lugar escogido para su cautiverio era una zona alejada y de difícil acceso conocida como torre blanca, que tomó por sorpresa a los habitantes de Carabayllo. Nunca supieron que a pocos metros de sus casas escondían con recelo a la víctima.

La hacían dormir en un colchón, con algunos medicamentos para curar sus heridas y que no llegaran a infectarse. Mientras más tiempo pasaba, más dinero podían conseguir. Condiciones inhumanas que tuvo que padecer.

Se especuló mucho de que había sufrido la mutilación de uno de sus dedos. Cuando le hicieron llegar esta fotografía a miembros de su familia después de una semana de su secuestro, vistiendo la misma ropa del pasado lunes 13 de mayo. Toda una estrategia criminal para atemorizar aún más a su padre, que no sabía en quién más confiar.

Hoy se sabe que todo era una mentira. Jackeline Salazar conservó sus dedos, pero no escapó de episodios agresivos para obtener los billetes que tanto necesita El Chinito de Belaúnde. En silencio, la policía ya tenía indicios de quiénes estarían detrás de todo este plan siniestro.

La división de robos a mando del coronel Juan Carlos Montufar tuvo un papel decisivo. Dieron con el paradero de alias Brandon. A sus 24 años, George Brandon López Saavedra habría participado en los secuestros más sonados de los últimos meses.

El prontuariado criminal es una de las personas que, vestidas de policía y realizando disparos, secuestro a Jackeline Salazar en plena avenida Alfredo Mendiola a pocos metros de la comisaría Sol de Oro de Los Olivos.

Fue todo un macabro plan a pocos metros del gimnasio Soulfit de Jackeline. Un lugar tan comercial donde ya nadie puede sentirse seguro. Brandon y Stephanie tenían un negocio de zapatillas y conocían todos los movimientos de los empresarios de la zona.

Los trabajos de inteligencia estaban direccionados a un seguimiento sin descanso. El equipo de la división de robos tuvo acceso a los audios que Brandon manejaba para dar el golpe del secuestro de la empresaria.

Después de 7 días capturaron a Brandon quien tuvo que dar información del posible búnker donde tenían retenida a Jackeline Salazar. La unidad de secuestros de la Dirincri ya sabía que hilo de la madeja estirara a tal punto que todos los esfuerzos estaban en una casa de dos pisos.

Cercada la zona, todos cayeron uno a uno. Entre ellos Luis Andres Chaupiz Morales conocido como Cheto. Alfredo Cano Aliaga alias cejón que fue capturado previamente en la Tupac Amaru y Brayan Yomona Quezada llamado en el hampa como narizón.

Mientras estas mentes siniestras serán puestas a disposición del Ministerio Público para que cumplan con sus audiencias de prisión preventiva. El rumbo de la nueva vida de Jackeline empieza de la mano de su familia.

Fueron sus primeras palabras después de su rescate. Luego de permanecer 7 horas en la clínica El Golf de San Isidro. Le suministraron sedantes con la intención de aplacar su intenso estado de nerviosismo acompañado de su padre y su enamorado.

Se sigue quedando en un edificio en Surquillo por ahora no volverá a comas hasta que sane las heridas físicas, pero sobre todo las heridas que lleva en el alma.

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