Gobierno protesta por provocación de colombianos en isla Chinería

El Gobierno peruano emitió un fuerte pronunciamiento contra los recientes actos de provocación cometidos en la isla Chinería, ubicada en la región Loreto. Según el comunicado oficial, ciudadanos colombianos ingresaron a esta zona, colocaron una bandera de su país y realizaron actividades sin autorización.

Uno de los hechos más comentados fue la colocación de una bandera colombiana en territorio peruano, acción atribuida a Daniel Quintero, precandidato presidencial colombiano. Posteriormente, dos ciudadanos de ese país fueron detenidos mientras hacían estudios topográficos en la parte sur de la isla, lo cual motivó la intervención de las autoridades peruanas.

Fiscalía investiga por atentado contra la soberanía

El Ministerio Público ya ha iniciado una investigación preliminar por el delito de atentado contra la soberanía nacional. Las autoridades han dispuesto realizar diversas diligencias para esclarecer los hechos ocurridos en Santa Rosa, localidad situada dentro de la isla Chinería.

La Cancillería informó que estos actos afectan seriamente la relación bilateral entre Perú y Colombia, especialmente en las comunidades de frontera, donde por años ha existido una convivencia pacífica.

Perú pide cooperación a Colombia

A través del comunicado, el Gobierno del Perú instó a Colombia a colaborar para evitar más acciones de este tipo. “Se deben detener de inmediato este tipo de acciones, que no contribuyen a la histórica vinculación armónica entre nuestros pueblos”, se lee en el documento.

Además, el Perú expresó su rechazo a las declaraciones del presidente colombiano Gustavo Petro, quien habría intentado desconocer la soberanía peruana sobre esta parte del territorio.

Chinería es territorio peruano, reitera el Gobierno

La isla Chinería pertenece al Perú, tal como lo establecen tratados internacionales vigentes desde hace casi un siglo. El pronunciamiento menciona el Tratado de Límites y Navegación Fluvial de 1922, así como otros documentos como las actas de demarcación de 1928-1930 y el Protocolo de Río de Janeiro de 1934.

El comunicado finaliza con una advertencia clara: el Perú permanecerá vigilante y hará respetar su integridad territorial, siempre de acuerdo con el derecho internacional.