La colaboración ciudadana y el rápido actuar policial que frustró un secuestro en Los Olivos

El operativo de la Policía Nacional que frustró el secuestro de una empresaria y la captura de los tres hampones venezolanos que organizaron el rapto

Video: Cuarto Poder

Faltaban apenas minutos para las 8 de la mañana del último jueves. El tránsito en las calles de Los Olivos, como siempre a esa hora, era pesado. Pero entre los autos y la congestión vehicular, la policía pudo identificar el auto reportado: un Toyota negro de placa CAD 537 que aceleraba el paso sin control con una mujer secuestrada a bordo.

Fueron casi 15 minutos de persecución por calles y avenidas de este distrito. Las cámaras de seguridad del municipio de Los Olivos registraron los primeros minutos de la fuga de los secuestradores venezolanos con su víctima. El automóvil huía a gran velocidad mientras que la policía iba tras ellos.

Los delincuentes estaban rodeados y lo sabían, entonces empezaron a perder el control de la situación. Pero, ¿cómo empieza la pesadilla de Lisset Angelica Cusqui Luis de 35 años? La empresaria hoy sospecha de todos, de amigos, de familiares, incluso hasta de su expareja.

Las cámaras de seguridad permiten reconstruir paso a paso todo lo que pasó esa mañana. Eran las 7 y 31 de la mañana y la camioneta gran Cherokee Limited de Lissette llega al colegio de su hijo en San Martín de Porres. Detrás de ella llega también el auto negro de los secuestradores, pero no se detiene, pasa de frente y se pierde de vista.

Segundos después, el guardaespaldas de la empresaria baja la mochila del niño y lo acompaña a la puerta. Juntos aguardan a Lisset, el niño le da el encuentro. Y todos se acercan hasta la entrada, el pequeño se despide y la empresaria lo observa desde la puerta mientras su guardaespaldas se coloca unos pasos detrás de ella.

Tres minutos después, a las 7 y 34 de la mañana, el auto negro vuelve a aparecer, pero esta vez por la calle del costado. Pasa muy cerca de ella y al guardaespaldas, avanza hacia el lado izquierdo y retrocede buscando una buena ubicación para estar cerca de su víctima.

Lisset, sin percatarse de la presencia de este automóvil, continúa mirando a la puerta del colegio. Su guardaespaldas se mantiene en la misma posición, el carro de los secuestrados pasa muy cerca a ellos y logra estacionarse. Mientras tanto, Lisset continua en la puerta. El carro avanza, se estaciona más adelante, se ubica cerca de la camioneta de la empresaria, ella se distrae hablando con una mujer hasta que decide irse.

Es ahí cuando los delincuentes deciden actuar. Alexis Ramírez, el guardaespaldas, cayó herido muy cerca a la puerta del colegio, todos entran en pánico. Escolares y transeúntes corren despavoridos. Minutos después, llega la ambulancia.

El teniente Martín Perales y el suboficial Ángel Farfán, ambos agentes de la comisaria de Sol de Oro, formaban el equipo que se mantuvo siempre a solo unos metros durante la persecución.

Perales tiene 9 años de servicio, varios de ellos en el Escuadrón Verde. También fue miembro de la policía de salvataje e integrante de la unidad operativa USE. Junto al suboficial Farfán, con 5 años en la PNP, son quienes lograron reducir a los delincuentes venezolanos. Después de una arriesgada persecución que inició a las 7 y 38 de la mañana desde la puerta del colegio Liceo San Agustín, en Los Alisos, cerca de Canta Callao, y terminó pasada las 8 de la mañana en la cuadra 3 de Santos Chocano, en Los Olivos.

Uno de los delincuentes, Franyer Silva Romero, tiene antecedentes por secuestro y homicidio en Chile. Posee una alerta en Interpol con el fin de que se informe sobre su paso por un determinado país.

En este caso, la llamada de un vecino al 105 permitió frustrar el secuestro de esta próspera empresaria que ahora está de nuevo en casa, con los suyos.

Y mientras Lisset Cusqui se recupera poco apoco, con el cariño de quienes la aman, asegura que irá atando hasta el último cabo suelto para saber la verdad detrás de su frustrado secuestro.

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