El pasado fin de semana, distintas ciudades de Argentina enfrentaron un violento temporal caracterizado por intensas lluvias y vientos que alcanzaron los 150 kilómetros por hora.
La tempestad causó una semi parálisis en la capital, Buenos Aires, donde se registraron serios destrozos y más de medio millón de usuarios se quedaron sin energía eléctrica.
En las redes sociales se difundieron varios videos que muestran el nivel de destrucción en lugares como las terminales aéreas de Ezeiza y Aeroparque, donde la fuerza del viento movió estructuras y dejó fuera de servicio a varias aeronaves de Aerolíneas Argentinas.
Una de las localidades más golpeadas fue Bahía Blanca, donde la tormenta provocó el colapso del techo de un club durante una competencia de patín, con el lamentable saldo de personas fallecidas y decenas de heridos, algunos de gravedad.
El desastre natural también resultó en la caída de aproximadamente 360 árboles, daños a vehículos, corte de cables de alta tensión e interrupciones del tráfico.
Durante una fiesta musical en el hipódromo de Palermo, algunas personas sufrieron heridas tras ceder la estructura del escenario principal.
El Servicio Meteorológico Nacional ha emitido una alerta naranja para las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe ante la previsión de lluvias que podrían superar los 130 milímetros.
Además, se mantiene una alerta amarilla para otras seis provincias y se espera que las tormentas continúen desplazándose hacia el norte del país.
