Haciendo uso de herramientas tecnológicas contra la pornografía infantil en el ciberespacio, fue que la Interpol pudo identificar a Lourdes Espinoza Horna, más conocida en el YouTube como “Lulú Fitnnes”, una entrenadora y dueña de un gimnasio en San Martín de Porres, quien además, y bajo un rostro enmascarado, dice la policía, se dedicaría a producir contenidos para pedófilos, tomando como víctima a un menor de edad, pariente suyo.
A través de sus videos candentes y eróticos subidos a la internet, alias Lulú demostró al mundo entero ser capaz de todo, al punto de utilizar presuntamente a un sobrino suyo, menor de edad, para someterlo a sus más sórdidas fantasías.
Escabrosos requerimientos de un grupo de pedófilos en el ciberespacio, que esta mujer, de 52 años, pretendía satisfacer con los videos sexuales de menores de edad, a cambio de dinero, y que fue descubierta por la policía internacional que dio la alerta de su delito.
Una youtuber, que para los ojos de muchos mostraba su faceta deportista, pero que en la clandestinidad, dice la policía manejaba el negocio ilegal de la pornografía infantil, contenido que producía y distribuía desde esta casa en San Martín Porres para todo el mundo.
Su osadía y desenfado a la hora de producir sus contenidos en páginas para adultos atrajo la mirada de muchos hombres que pronto la seguían como legión a Juana Lourdes Espinoza Horna, alias Lulú, como se hacía llamar en las plataformas para adultos.
Videos sensuales y de alto voltaje que era capaz de producir esta mujer de 52 años, y quien en su afán por no defraudar a sus seguidores amantes de la pornografía infantil, habría expuesto la desnudez de un menor de edad. Imagen que fue rastreada y que encendieron las alertas internacionales de un presunto caso de pedofilia cometido en nuestro país.
Ese personaje de perversión del que hacía gala en las plataformas para adultos, dice la policía, era oculto por esta mujer en la fachada de su negocio de gimnasio, en una de las principales avenidas de San Martín de Porres, donde además se presentaba como una exigente personal trainer. Con un video del menor como evidencia donde presuntamente atenta sexualmente contra él fue que la Policía y la Fiscalía de Lima Norte allanaron la casa de alias Lulú de sorpresa.
Todo le jugaba en contra, por lo que nada pudo hacer alias Lulú para impedir la diligencia. Frente a la policía de la Divindat y la Fiscalía, los nervios parecían traicionar a la presunta pedófila. No se descarta que Juana Lourdes Espinoza haya sometido durante muchos años a tocamientos indebidos no solo a su pariente de 14 años, sino también a otros menores de edad.
Fotos y videos en las redes sociales hablan por sí solas de la relación estrecha que había entre Lulú y el jovencito. Sus múltiples videos en diminutas prendas en las plataformas pornográficas, dice la policía, habría sido solo una estrategia para atraer a los pedófilos.
Dentro de la casa, y la habitación donde más de una vez habría producido contenido para adultos, la policía recogió varias evidencias que ayudaría a las investigaciones que se le sigue a esta mujer por el presunto delito de pedofilia.
Según el material fílmico conseguido por la División de Investigación de Alta Tecnología de la Dirincri, Lourdes Espinoza habría utilizado videos desnudos de su sobrino para conseguir dinero de mano de los pedófilos en el mundo. Alumnos del gimnasio de Juana Lourdes Espinoza quedaron sorprendidos ante la intervención en su contra.
Pese a las evidencias alias Lulú, no se cansaba en negar las imputaciones hechas por la policía de la Divindat. Dentro de la habitación de alias Lulú, la policía incautó celulares, memorias, pelucas y lencería, la cual habría utilizado en más de un video donde aparece con el menor de edad. Ocultando su rostro bajo una gorra, Juana Lourdes Espinoza abandonó su casa en San Martín de Porres para ir detenida a la Dirincri preliminarmente por siete días.
En todo momento, la detenida insistía en su inocencia. Si al abrir sus equipos electrónicos, la policía encuentra otras imágenes del menor de edad, alias Lulú, podría purgar una condena de hasta 15 años de prisión efectiva, pues, para los agentes de la Divindat, la mujer estaría dentro del nivel de pedofilia de productora, por lo que no se descarta que a través de otros aplicativos como Telegram o WhatsApp distribuya este tipo de material execrable.
