¿Por qué algunos niños golpean a sus padres al hacer berrinches?

¿Tu hijo se mostró agresivo al vacunarlo? Una psicóloga te explica cómo controlar esta situación, cuán valido es corregirlos con pellizcos o palmadas y qué consecuencias hay si lo dejas pasar. 

¿Cuáles son las consecuencias de dejar que mi niño me golpee?

Si bien los berrinches son muy comunes en los niños de edad temprana, pueden ser controlados bajo ciertas pautas. Pero, cuando estos actos se tornan agresivos hacia los padres, el castigo físico o la falta de comunicación suelen ser errores comunes.

Pero, ¿por qué un niño o niña podría llegar a golpear a sus padres?

En entrevista con ÚtileInteresante.pe, la psicóloga Lic. Ginnette Urbina explica que este comportamiento es un indicador de que el infante tiene poco control de sus emociones ante una situación en la que se siente amenazado o en peligro.

Por ejemplo, al momento de vacunarlos: “Si alguien nos está cogiendo muy fuerte en contra de nuestra voluntad, nuestra reacción natural va a ser intentar zafarme y con mayor razón si el niño no sabe o no entiende lo que está pasando”, señala.

Es importante saber que, si la agresión se presenta en repetidas ocasiones y en diferentes situaciones, no es algo normal y el niño necesita ayuda profesional.

¿Cómo controlar una situación de agresión por parte del niño?

Si bien cuando un niño se pone violento en público y más aún con sus mayores, puede generar vergüenza e impaciencia, Urbina recomienda corregir esas actitudes asertivamente:

1. La llamada de atención se hace en el acto: “Es importante corregirlo en el momento porque así el niño entiende que esa conducta no va a ser aceptada. De lo contrario, para el niño ya es muy complicado hacer la asociación pasado un tiempo”.

2. Si sienten miedo, desconfianza o molestia, tienen que comunicarlo: Los padres deben ayudarlos a expresar sus emociones. Que el niño sea capaz verbalizar “no me gusta lo que me estás haciendo”, “me está doliendo”, “me estás incomodando”, “estoy molesto”, etc.

3. Tener conversaciones previas para prevenir: Por ejemplo, si los llevamos a vacunar, el niño debe saber con sinceridad a dónde está yendo, por qué debe ir y cómo será la experiencia. (“Te pondrán una medicina importante para que estés saludable y puedas jugar con tus amigos. Te dolerá apenas un poquito, pero será algo rápido”).

4. Padres tienen que ser su soporte emocional: Ante una situación de miedo o amenaza para el niño, como el de ponerse la vacuna, uno podría brindarles algún juguete o peluche que puedan abrazar para sentirse seguros, tomarlos de la manitos, contarles algunos chistes, etc. Cualquier acto que ellos prefieran, para elevar su confianza y darles calma.

5. Corregir con el ejemplo: Los niños también copian las reacciones de sus padres. Por ejemplo, si uno como adulto reacciona mal ante el niño (“¡¿qué cosa quieres?! ¡¿por qué me estás interrumpiendo?!”). Tratar de evitar esos arranques. 

¿Es válido pellizcarlos o darles palmadas para corregirlos? 

La especialista resalta que un padre o madre debe estar atento a los mensajes que se les da a los pequeños, si se les corrige de manera agresiva. Es importante corregirlos, pero de manera adecuada.

“Estamos dando un mensaje de que la agresión en algunos momentos es aceptada o que la agresión cuando viene de parte de papá y mamá es aceptada, y cuando viene del niño, no”, agrega Urbina.

¿Cuáles son las consecuencias de dejar que mi niño me golpee?

Estas actitudes agresivas se pueden ir fijando en el menor, para luego encontrarnos frente a un adolescente o joven adulto que no respeta a la autoridad, no cuida de los demás ni a ellos mismo, entran en conductas de riesgo, etc.

Es por ello que Urbina recomienda intervenir de manera temprana, frente actitudes agresivas en los niños. “Si como padre, he hecho algunos esfuerzos y no me ha ido bien; entonces debo buscar ayuda profesional para atender esta situaciones”, finaliza.

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