Reino Unido: joven se sacó 'conejo' del cuello y sufrió derrame cerebral

Al inicio no le importó, pero el movimiento le reventó la arteria vertebral, por lo que tuvo un derrame cerebral 

Paramédica australiana Natalie Kunicki, de 23 años, quien en diciembre de 2017 se mudó a Londres (Reino Unido) para trabajar en el servicio de ambulancias. Foto: Los Ángeles Informa
Paramédica australiana Natalie Kunicki, de 23 años, quien en diciembre de 2017 se mudó a Londres (Reino Unido) para trabajar en el servicio de ambulancias. Foto: Los Ángeles Informa

La paramédica australiana Natalie Kunicki, de 23 años, quien en diciembre de 2017 se mudó a Londres (Reino Unido) para trabajar en el servicio de ambulancias, se estiró el cuello una noche, después de una fiesta, mientras miraba una película con un amigo en su casa, y escuchó un fuerte crujido. Al inicio no le dio importancia, aunque su vida a partir de ese momento corrió un serio riesgo

Pasaron unos minutos y al levantarse, Natalie se desplomó al suelo y no podía mover parte de su cuerpo. "Traté de caminar hasta el baño y me tambaleaba por todas partes. Miré hacia abajo y me di cuenta de que no estaba moviendo la pierna izquierda y me caí al suelo", dijo. Aún así no quiso llamar a servicios de emergencia. "Al principio pensé que estaba borracha o que me habían drogado, pero luego supe que algo más estaba mal", contó.

Kunicki finalmente fue trasladada al University College Hospital de Londres, donde confirmaron que había sufrido daños en su arteria vertebral, por lo que tuvo un derrame cerebral con un coágulo que derivó en un accidente cerebrovascular (ACV). Debía ser operada de urgencia y fue trasladada al Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía,  y allí fue intervenida por tres horas.

Tras la cirugía, le colocaron un 'stent', pero el coágulo no fue eliminado. "Cuando el médico me dijo que había tenido un derrame cerebral, me quedé en estado de shock. Más tarde me dijeron que ese estiramiento de mi cuello causó que se rompiera mi arteria vertebral. Hay una posibilidad en un millón de que eso ocurra", señaló por entonces.

No obstante, su salud mejoró lentamente, aunque no podía mover los dedos índice ni pulgar de su mano izquierda, ni doblar su pierna. "Mi movilidad era peor y no podía despejar el coágulo", relató.

A base de ejercicios y con el pasar de los días, Natalie mejoró el control de la parte izquierda de su cuerpo, aunque tardará en volver a la normalidad. "Puedo caminar, pero no más de cinco minutos. Soy muy torpe. No puedo abrochar botones, me resulta muy difícil. Puedo sentir calor y frío ahora, pero todavía me siento un poco adormecida", dijo.

Mientras se recupera volvió a vivir con sus padres y espera poder hacer un "trabajo liviano" en los próximos meses. "Estoy decidida a volver a trabajar tan pronto como sea posible", manifestó.

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