William Levy recordó su difícil infancia en Cuba cuando solo comía "un pan al día"

El actor no olvida los años que vivió en Cuba hasta los 15 años

William Levy recordó su difícil infancia en Cuba cuando solo comía "un pan al día"
William Levy recordó su difícil infancia en Cuba cuando solo comía "un pan al día"

A pesar de ser uno de los actores más codiciados de Latinoamérica, William Levy no olvida cómo vivió su infancia en Cuba hasta que tuvo 15 años. 

Sin embargo, pese a las dificultades, el actor aseguró que tuvo una infancia feliz, y las necesidades que tuvo que atravesar sirvió para valorar lo que se aproximaba luego.

"Mi infancia fue muy linda, a pesar de que no teníamos nada", declaró a la revista GQ. "Vivíamos bajo la dirección de un gobierno que nos daba de comer lo que quería. Las raciones eran un pan por persona al día, y un cuarto de pollo por persona al mes. Ellos creen que todo el mundo es igual, pero yo no. Yo creo que todos somos diferentes. Si tú quieres comer ensalada y yo pollo, deberíamos tener ese derecho", afirmó.

Sin embargo, Levy resaltó que Cuba le dio muchas cosas, como su pasión por la actuación. "Desde Cuba ya me llamaba mucho la interpretación. Allí teníamos dos canales nada más, los que el gobierno nos dejaba ver. Eran el 2 y el 6, y los sábados ponían una película y los domingos doble tanda. No me lo perdía nunca, por nada en la vida", dijo.

"Desde que me fui de Cuba con 15 años soy una persona que no se queda en la zona de confort. Estoy cambiando todo el tiempo, y si no lo hago, siento que me estanco, y no me gusta. Después de unos años trabajando en las novelas latinas, llegó un punto donde necesitaba un descanso. Como para todo en la vida, a veces uno tiene que alejarse, tomar aire y probar diferentes horizontes", agregó.

Pese a que gozo de comodidades en su niñez, William Levy aprendió de ello para luego valorar lo que la vida le ha ponía en el camino.

"Siempre le he dado gracias a Dios por haber crecido así", dijo. "Porque eso me da la oportunidad de disfrutar todo al máximo. De poder comer y disfrutar la comida al máximo, de vestirme y disfrutar la ropa al máximo. De poder elegir. De tener la libertad de hacer lo que me dé la gana, de expresarme, de ser quien soy".

"Me tomo una copa de vino y me siento a recopilar todo mi pasado, de dónde vengo, dónde estoy. Si creo que lo estoy pasando mal, recuerdo lo mal que lo pasé en Cuba. Siempre vuelvo a esas emociones", finalizó.

Relacionadas