Una mafia que se había enquistado en el primer puerto del Callao era liderado por un avezado delincuente desde el penal de Cañete. Esta banda criminal se hacían pasar como jornaleros o trabajadores del municipio chalaco. Merodeaban las grandes edificaciones para luego cobrarles cupos.
Delincuentes extorsionaban a sus víctimas desde sus celdas. Integrantes de sanguinarias bandas solicitaban a comerciantes parte de sus ganancias para así dejarlos trabajar.
Sujetos se dedicaban a extorsionar a un grupo de meretrices extranjeras. PNP no descarta que esta banda tenga nexos con la temible organización criminal venezolana “El Tren de Aragua”.
La ola migratoria no solo trajo consigo extranjeros dispuestos a trabajar sino también otro porcentaje a seguir delinquiendo. El último caso fue de un adolescente venezolano descuartizado y sus restos arrojados en distintos lugares de la ciudad.
Un trabajo coordinado entre los agraviados y la policía permitió la intervención de estos sujetos quienes tenían en su poder armas de fuego, municiones, celulares, cuadernos con la contabilidad de las presuntas extorsiones, planos y vehículos.