Ruido blanco: ¿Por qué no se recomienda usarlo en bebés y niños?

Hacer dormir a un bebé cuando realmente lo necesita puede ser una tarea ardua para mamás y papás, más aún si el pequeño tiene el sueño desregulado. Es por ello que el ruido blanco surge como una opción que puede ayudar con el descanso profundo; sin embargo, los pediatras no lo recomiendan del todo. 

¿Qué es el ruido blanco y para qué sirve?

En una entrevista local, el Dr. Gustavo Rivara, pediatra neonatólogo, explica que el ruido blanco es un sonido que proviene de un aparato que le manda al pequeño estímulos sonoros de diferentes frecuencias a la vez y en la misma intensidad con el propósito de ayudar a conciliar el sueño de bebé o niño menor.

El nombre viene de una similitud con la luz blanca que es la unión de todos los siete colores del espectro, que va del violeta al rojo. Son diferentes frecuencias de onda y el ruido también tiene frecuencias de onda, desde los más graves hasta los más agudos.

Los humanos oímos hasta una cierta frecuencia máxima y una frecuencia mínima, a diferencia de los animales, por ejemplo, que pueden oír frecuencias aún más altas o bajas.

“Todas las frecuencias desde el rojo al violeta se unen y es blanca. Imagínate un aparato de ruido menos grave y más agudos. Todos juntos a la vez le dicen ruido blanco haciendo similitud con la luz blanca”, señala el especialista.

Es por elo que al ser un sonido constante, el ruido blanco puede ayudar a bloquear otros ruidos que puedan interrumpir el sueño o la concentración, como el sonido del tráfico, conversaciones o ronquidos. 

¿Por qué no usar ruido blanco en bebés y niños pequeños?

Si bien utilizar el ruido blanco a un volumen adecuado es lo recomendable, ya que el sonido excesivamente alto podría ser perjudicial para la audición, el Dr. Rivas asegura que no es lo más apropiado para un niño o bebé menos aún si existe el hábito de colocarlos al lado del oído.

“Estás haciendo dormir a tu bebé con un estímulo sonoro constante y otra cosa es la intensidad, es decir, los decibeles. Cuando los pongo al máximo y pongo mi sonómetro, pasa de 110 decibeles”, agrega.

Es decir, no solamente el ruido blanco afecta al oído medio de los niños, sino que también perjudica las fases del sueño y la consolidación de la memoria, por ende, tiene un impacto en el desarrollo cognitivo e integral.

“Entonces, el ruido blanco en un niño que tiene un cerebro en desarrollo, el cual termina a los 25 años, no debería ser influenciado por un estímulo permanente”, indica el pediatra.

Finalmente, el especialista recomienda no confiarse de las redes sociales y otros especialista no médicos que promuervan el uso del ruido blanco en bebés y niños pequeños, más aún si la finalidad es únicamente vender y no exponer las verdaderas consecuencias de su uso. 

Asimismo, si bien el ruido blanco puede ser beneficioso para muchas personas, no es una solución universal para todos los problemas de sueño y no debe considerarse como un tratamiento para trastornos específicos.