Los testimonios de transportistas que sobrevivieron a extorsión
De las 50 víctimas mortales en el sector, 35 eran choferes. Muchos más están heridos o en UCI. Más de 400 empresas sufren extorsiones diarias.
El sonido de los disparos no solo rompe el silencio de la ciudad. También desgarra familias, destroza sueños y deja cicatrices imborrables. En Lima, la extorsión contra transportistas se ha convertido en una amenaza diaria, imparable y cada vez más letal. Conductores de transporte público narran en primera persona cómo sobrevivieron a ataques armados, ejecutados con frialdad por bandas que solo buscan dinero a cambio de dejarles trabajar.
Desde agosto de 2022 a octubre de este año, el Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público ha registrado 118 atentados relacionados con el transporte urbano. De esas cifras, 65 personas han fallecido y otras 53 han resultado heridas. Entre las víctimas mortales, 35 eran choferes. Detrás de cada número, hay un nombre, una historia y una familia marcada por el miedo.
¿Quiénes son los choferes que sobrevivieron?
Marco tiene 48 años y más de dos décadas en el volante. El 23 de septiembre, tras terminar su jornada en la ruta entre San Juan de Lurigancho y Villa María del Triunfo, decidió hacer una fila para cargar combustible. En ese instante, un sujeto subió a su unidad y disparó. El arma falló tres veces antes de impactarlo en las piernas.
Con heridas en ambas piernas y el abdomen, logró sobrevivir. Hoy necesita terapias, medicación y muletas prestadas. “Me encomiendo a Dios. Solo pedía que cuidara a mis hijos. No entiendo cómo alguien puede venir a dispararte sin razón”, contó con la voz quebrada.
¿Qué secuelas dejaron estos atentados?
Marco no solo lucha por recuperar su movilidad. También enfrenta una batalla emocional. Vive con el miedo constante de que lo vuelvan a atacar. “Prefiero vender caramelos. Al menos así estaré tranquilo”, confesó. Su esposa organizó actividades para cubrir gastos médicos y denuncia que viven del día a día, sin ayuda estatal.
Otro caso es el de Alejandro Vargas, también chofer de la empresa Santa Catalina. El 21 de agosto, a las 4:30 de la madrugada, fue baleado en el rostro por un sujeto que se hizo pasar por pasajero. Con el rostro ensangrentado, manejó hasta el hospital de San Juan de Lurigancho, donde lograron estabilizarlo.
Las balas destrozaron su mandíbula y una quedó alojada en su cuello. Hoy, Alejandro no puede masticar ni hablar con normalidad. Su esposa, Carmen, cuenta que deben más de S/ 47 mil en gastos médicos. “Pedimos que el Ejecutivo ayude a quienes han sobrevivido a estos atentados. No tenemos de dónde sacar para vivir”, dijo.
¿Cuál es la situación actual de los heridos?
Guillermo Arturo Álvarez Valverde, de 59 años, es otra víctima. Padre de familia, hipertenso y diabético, fue baleado el 5 de octubre al terminar su jornada. Un criminal subió a su bus y le disparó tres veces en el abdomen. Hoy está en estado crítico en la unidad de cuidados intensivos de una clínica de San Juan de Lurigancho.
Las balas perforaron su hígado, riñón e intestino grueso. Su familia realiza cadenas de oración mientras intentan cubrir los gastos de una operación urgente. “Todo esto nos ha asustado como familia. Solo pedimos seguridad. No sabemos si salimos a trabajar y regresamos vivos”, expresó un familiar.
¿Cómo operan las bandas extorsivas?
Tras los ataques, se han hallado manuscritos firmados por “Los Injertos de SJL”. Exigen pagos de S/ 50 mil por “inscripción”, más S/ 10 diarios por unidad. Si no pagan, ejecutan atentados. En el caso de la empresa Santa Catalina, ya han sufrido cinco ataques solo este año.
Dirigentes transportistas denuncian que más de 400 empresas están siendo extorsionadas en Lima y Callao. Si cada empresa paga S/ 20 mil al mes, los criminales estarían recibiendo aproximadamente S/ 8 millones mensuales.
¿Qué respuesta han dado los conductores?
El sector transporte ha marchado, convocado paros y exigido acción. Sin embargo, las amenazas continúan. Martín Valeriano, dirigente transportista, afirmó que los conductores ya no saben si regresarán vivos a casa. “Cada empresa paga 10 soles diarios por unidad. Si hay tres bandas, son 30 soles solo para que los dejen vivir”, denunció.
Durante el velorio de uno de los choferes asesinados, se oyeron gritos de indignación. “Ya no más muertos. Ya ni un padre menos”, dijeron los familiares. Mientras tanto, muchos conductores optan por abandonar el rubro, cambiar de giro o simplemente resistir con miedo cada jornada.
¿Qué dice el gobierno frente a esta situación?
La expresidenta Dina Boluarte recomendó no responder mensajes extorsivos y acudir directamente a la Policía. Sin embargo, los afectados aseguran que esta medida es insuficiente. “La seguridad se le ha escapado de las manos al Estado”, dijo Rosa Vargas, hermana de una víctima.
Transportistas esperan que el nuevo presidente José Jeri muestre voluntad política real. “Lo que vivimos es una guerra interna”, concluyó el dirigente Valeriano. En este escenario, los testimonios de quienes sobrevivieron se convierten en la voz de quienes ya no pueden hablar.
• Choferes baleados relataron cómo sobrevivieron a ataques por extorsión.
• 35 conductores han sido asesinados en el último año en Lima.
• Más de 400 empresas están bajo amenazas de bandas criminales.
• Sobrevivientes necesitan terapias y enfrentan deudas médicas.
• Exigen medidas urgentes de protección al sector transporte.
• El cobro por unidad llega a S/ 10 diarios por cada organización criminal.