Machu Picchu en riesgo por conflictos en su vía de acceso
Conflictos por la carretera Hiram Bingham dejaron turistas varados y pusieron en riesgo a Machu Picchu
Machu Picchu atraviesa una de sus crisis más delicadas. La maravilla del mundo reconocida hace 18 años enfrenta protestas, bloqueos y una pugna por la concesión de la carretera que conecta Aguas Calientes con la ciudadela. Según las autoridades, el conflicto amenaza su permanencia en la lista de New7Wonders.
Todo comenzó con el vencimiento del contrato de la empresa Consettur, que durante décadas controló el acceso por la carretera Hiram Bingham. Al intentar ingresar una nueva empresa, San Antonio de Torontoy, se denunciaron actos de sabotaje, se cortaron frenos de los buses y se activaron protestas que dejaron a cientos de turistas varados.
¿Cómo afectaron las protestas a los turistas?
Durante los bloqueos, muchos viajeros quedaron atrapados sin poder cumplir su sueño de conocer Machu Picchu. Algunos perdieron vuelos, reservas de hotel y dinero en comida y traslados. Un turista de El Salvador declaró que pensó en cancelar todo tras ver las noticias en redes sociales, mientras otro visitante argentino denunció sentirse “rehén” en el lugar.
En Aguas Calientes, la tensión se reflejó en largas colas, estaciones colapsadas y personas esperando durante horas sin claridad sobre su traslado. “Arruinaron nuestra experiencia”, dijo una pareja que tuvo que modificar todo su itinerario. Otros, como Virgilio Sánchez, un peruano de 76 años que esperó 56 años para llegar, caminaron entre la incertidumbre con tal de cumplir su sueño.
¿Qué hay detrás del conflicto por la carretera Hiram Bingham?
El acceso a Machu Picchu es dominado por la carretera Hiram Bingham, una ruta de apenas 9 kilómetros que genera millones en ingresos. El pasaje para extranjeros puede llegar a 24 dólares ida y vuelta. Consettur, la empresa tradicional, operó por 30 años hasta que su concesión venció este mes. La Municipalidad de Urubamba contrató de forma directa a San Antonio de Torontoy, lo que generó más tensión.
Según el Frente de Defensa de Machu Picchu, la nueva empresa representa a pobladores locales y promete una repartición equitativa. Sin embargo, la oposición de Consettur y sus aliados provocó bloqueos y denuncias. La protesta fue el detonante que puso en evidencia años de desorden administrativo, falta de planificación y lucha por el control económico del turismo.
¿Puede Machu Picchu perder su título de maravilla?
La organización New7Wonders, que otorgó el reconocimiento en 2007, ha advertido sobre la mala gestión del sitio desde hace cinco años. El reciente paro y el maltrato a turistas reactivaron las alertas internacionales. “Nos hemos disparado a los pies”, comentó la exministra Mara Seminario. El título corre riesgo si persiste el caos.
Las imágenes de visitantes atrapados, estaciones desbordadas y acusaciones cruzadas son hoy el rostro de una crisis que va más allá del transporte: refleja la fragilidad del manejo turístico y patrimonial del país. “Espero que el gobierno actúe con más firmeza”, pidió un visitante preocupado por la reputación internacional del Perú.
¿Qué decisión se tomó para resolver el problema?
Este fin de semana se confirmó un acuerdo: tanto Consettur como San Antonio de Torontoy operarán de forma conjunta la carretera. Sin embargo, el daño ya está hecho. El turismo, uno de los pilares económicos del Cusco, sufrió pérdidas millonarias —cerca de dos millones de soles diarios durante el paro— y la imagen de Machu Picchu quedó golpeada.
La propuesta del gobernador de Cusco, Werner Salcedo, de crear una Autoridad Autónoma bajo control regional también generó controversia. Algunos sectores la ven como una movida política que busca centralizar poder en lugar de mejorar la gestión.
Machu Picchu sigue recibiendo turistas, pero la incertidumbre persiste. Y con ella, el temor de que nuestra joya arqueológica deje de ser considerada una maravilla del mundo.