Juan Stoessel: "Eliminar el preticket no resuelve el problema"

Juan Stoessel, vicepresidente de la Cámara de Turismo del Cusco, celebró la eliminación del llamado preticket, pero advirtió que el problema de fondo en Machu Picchu persiste: la venta presencial de boletos. En declaraciones a Canal N, señaló que el sistema sigue generando colas, desinformación y mala experiencia para los turistas.

¿Qué es el preticket y por qué fue eliminado?

El preticket era un cupo previo que los turistas debían obtener en Aguas Calientes para recién poder comprar su entrada a Machu Picchu horas más tarde. Este mecanismo, vigente durante años, generaba una doble cola y obligaba a los visitantes a permanecer al menos una noche en el pueblo.

Stoessel calificó este sistema como absurdo y celebró su eliminación por parte del Ministerio de Cultura. Sin embargo, consideró que el problema mayor sigue sin resolverse: la existencia de mil boletos que aún se venden presencialmente cada día.

¿Por qué dice que eliminar el preticket no basta?

“Eliminar el pre ticket es solo un curita”, afirmó Stoessel, al señalar que mientras se mantenga la venta presencial, las largas colas y la desorganización seguirán afectando al turismo. Aseguró que muchos visitantes deben quedarse hasta tres días en Aguas Calientes con la esperanza de conseguir un boleto.

Además, advirtió que esta situación no solo perjudica la experiencia del viajero, sino también la imagen internacional del Perú como destino turístico.

¿Qué propone como solución al caos?

Stoessel pidió digitalizar completamente la venta de entradas a Machu Picchu. Señaló que un sistema online permitiría comprar boletos desde cualquier lugar, con diferentes métodos de pago, evitando colas y desinformación.

También alertó que actualmente se pierden cientos de entradas al día por fallas en la plataforma y mala gestión. En su opinión, se necesita voluntad política para romper con las mafias que controlan parte del acceso turístico.

¿Cómo afecta esto al turismo y la economía local?

Según Stoessel, las cancelaciones de viajes por falta de boletos son diarias, y el maltrato logístico desincentiva futuras recomendaciones. “Machu Picchu debería ser un ejemplo de gestión moderna, no un calvario para el turista”, señaló.

Pidió invertir en infraestructura básica, como baños y señalización, y no obligar al visitante a pernoctar solo para acceder a la ciudadela. “Si no somos capaces de manejar bien nuestra principal maravilla, algo estamos haciendo muy mal”, concluyó.

Resumen:

Juan Stoessel reconoció el fin del preticket como un avance, pero alertó que el caos en Machu Picchu continuará si no se elimina la venta presencial y se apuesta por la digitalización total del ingreso.