IGP sobre sismo: Ciudadanos se han asentado en zonas de riesgo
El ingeniero Hernando Tavera, presidente del Instituto Geofísico del Perú, advirtió que Lima no está preparada para un sismo de gran magnitud y destacó la urgencia de reforzar la cultura de prevención
Hernando Tavera, presidente del Instituto Geofísico del Perú (IGP), explicó que aunque el reciente sismo de magnitud 6.1 no fue de gran escala, reveló la fragilidad estructural de muchas zonas de Lima. En entrevista con América Noticias, detalló por qué este movimiento debe entenderse como un aviso y no como el fin de un ciclo sísmico.
¿Por qué un sismo de magnitud moderada generó tantos daños?
Porque el sacudimiento del suelo fue alto. El parámetro a observar no es solo la magnitud, sino la aceleración del terreno y cómo las estructuras responden. Este sismo ha demostrado que muchas zonas urbanas de Lima no están preparadas para resistir movimientos más intensos.
¿Qué zonas son más vulnerables en Lima?
Las áreas construidas en cerros, laderas y suelos no consolidados como Ventanilla, Villa El Salvador o zonas de quebradas rellenadas con escombros. Muchas viviendas están en zonas de alto riesgo, construidas por autoconstrucción sin criterios técnicos ni supervisión. Eso incrementa su vulnerabilidad.
¿Este sismo rompe el llamado “silencio sísmico” de Lima?
No. El concepto de “silencio sísmico” ya no se usa. Hoy hablamos de zonas de acoplamiento sísmico, es decir, sectores donde la energía se acumula sin liberarse durante mucho tiempo. Frente a Lima existe un segmento de 400 km que no ha liberado energía en más de 270 años. Un sismo como el reciente solo liberó energía en una sección mínima.
¿Qué magnitud podría tener un sismo frente a Lima?
Se ha modelado un escenario de sismo de magnitud 8 o superior, como el simulacro nacional del 30 de mayo. El evento de Pisco en 2007 tuvo una ruptura de 170 km; frente a Lima podría ser más del doble.
No debemos preguntarnos cuándo ocurrirá, sino si estamos preparados. Debemos revisar nuestras viviendas, verificar los materiales usados, participar en simulacros y exigir que las autoridades trabajen con información científica. No se trata solo de reaccionar, sino de anticiparse.
Existen documentos técnicos generados por el IGP y otras entidades, pero a veces no son considerados. También hay una responsabilidad ciudadana: evitar ser víctimas de traficantes de terrenos y no ocupar zonas inseguras. Se necesita una mesa de trabajo nacional que aborde este problema estructural.
En conclusión, el IGP advierte que Lima sigue expuesta a un gran sismo. El reciente movimiento de 6.1 sirvió como un “ensayo” que evidenció la debilidad de construcciones y suelos urbanos. La entidad llama a reforzar la cultura de prevención y a una acción conjunta entre ciudadanos y autoridades.