Familia cae por extorsionar negocios: eran “Las Hienas del 10”
Edison Saldaña y Carola Poma aparentaban ser una familia común, pero eran parte de “Las Hienas del 10”, una banda acusada de extorsionar negocios en Lima Este con videos y amenazas
Una familia que parecía común resultó ser el núcleo de una banda criminal. Edison Saldaña y Carola Poma, pareja y presuntos líderes de “Las Hienas del 10”, fueron detenidos por la Policía tras una investigación por múltiples denuncias de extorsión en San Juan de Lurigancho.
Los sospechosos grababan negocios durante sus recorridos en familia y luego enviaban videos con armas y explosivos, exigiendo dinero. Las amenazas llegaban por WhatsApp, causando temor entre los comerciantes.
En su casa, ubicada en Mariscal Cáceres, los agentes encontraron droga, manuscritos intimidatorios y un revólver cargado. Las autoridades confirmaron que el suelo del domicilio coincidía con el de los videos enviados a las víctimas.
¿Quiénes eran “Las Hienas del 10”?
Edison y Carola se presentaban como padres responsables, pero eran investigados por participar en extorsiones. Su modo de operar consistía en visitar negocios en zonas como Diez de Octubre, Mariátegui y Mariscal Cáceres, grabarlos y luego lanzar amenazas.
La denuncia más reciente fue registrada el 16 de mayo, y se sumó a más de una docena de casos similares. Gracias al trabajo de inteligencia de la Brigada Especial Contra la Criminalidad, los agentes dieron con el paradero de la pareja.
Las pruebas halladas permitieron confirmar la relación de los implicados con los mensajes enviados a los comerciantes. Su accionar causó temor entre los dueños de pequeños negocios, quienes enfrentaban la difícil decisión de denunciar.
El miedo y el valor de denunciar
Según el coronel Javier Suárez, jefe de la unidad policial, las amenazas tienen un efecto devastador. "No solo afectan físicamente, sino también psicológicamente a las víctimas", afirmó.
La Policía insiste en que la denuncia es el primer paso para frenar este tipo de crímenes. Gracias a la colaboración ciudadana, se pudo intervenir y capturar a los responsables. Ahora se investiga si hay más personas implicadas.
La historia de esta familia es una muestra de cómo las apariencias pueden ocultar delitos graves y cómo una denuncia puede ayudar a desarticular una red criminal.