La Chinkana Inca: El desconocido laberinto subterráneo en Cusco
Arqueólogos exploran un túnel bajo Sacsayhuamán que conecta con el Qoricancha. Tallado con precisión, es parte de una red de 8 mil metros. El hallazgo reescribe la historia del Cusco
A 20 metros bajo tierra, arqueólogos peruanos confirmaron la existencia de La Chinkana, una red de túneles incas que, según los georadares, une Sacsayhuamán con el templo del Sol, el Qoricancha.
Por primera vez, una cámara de televisión ingresó al interior del mítico laberinto. “Nadie ha caminado por aquí en 200 años… esto apenas empieza”, relató el periodista Renzo Santana, de Cuarto Poder.
El descubrimiento fue liderado por los arqueólogos Mildred Fernández y Jorge Calero, del Proyecto Chinkana-Cusco, quienes estiman que el sistema subterráneo alcanza más de 8 mil metros de galerías y pasajes construidos con bloques de piedra pulida.
Una leyenda inca que se vuelve realidad
Por siglos, los cusqueños creyeron que la Chinkana era solo un mito. Las crónicas de Garcilaso de la Vega y de Fray Martín de Murúa hablaban de una “boca de serpiente” que conectaba templos sagrados.
“Esto representa la realidad de una leyenda”, afirma Calero. “Todos hemos escuchado que algún familiar entró alguna vez a estos túneles.”
Los estudios arqueológicos revelan que el complejo recorre el subsuelo del centro histórico, pasando bajo calles coloniales y viviendas modernas. “Los españoles sellaron los accesos, pero los túneles siguen intactos”, explicó Fernández.
Amenazas y protección del hallazgo
El hallazgo ha despertado gran interés internacional y también disputas. Los responsables del proyecto aseguran haber recibido amenazas y presiones de grupos extranjeros que buscan intervenir en la investigación.
“Hemos sido víctimas de extorsión; nos piden dinero para desprestigiarnos”, denunció Fernández.
Mientras tanto, la policía de turismo y las rondas campesinas custodian el sitio día y noche para evitar daños o saqueos.
El Ministerio de Cultura considera este hallazgo el más importante desde Machu Picchu, pues revela una parte desconocida del genio arquitectónico inca.
“Esta es una mina de nuestra identidad”, concluye Santana desde las profundidades del Cusco.