Arena de Lima: ¿avance para la ciudad o amenaza al parque?

El cambio en la modalidad de ejecución del Arena de Lima, aprobado por mayoría del Concejo Metropolitano, ha reactivado un proyecto de gran envergadura cultural y deportiva. Sin embargo, la iniciativa también ha encendido el debate sobre sus efectos ambientales, la presión urbana en la zona de San Miguel y los procesos que aún debe atravesar antes de materializarse.

¿Qué significa que el proyecto sea ahora un “Proyecto en Activos”?

A diferencia de la modalidad APP autofinanciada, en la que una empresa ejecuta una obra con su propio financiamiento y recupera la inversión mediante un acuerdo público, el modelo de Proyectos en Activos implica que la entidad pública —en este caso, la Municipalidad de Lima— pone a disposición un terreno bajo su dominio para atraer inversión privada, sin comprometer recursos fiscales.

Según explicó la regidora Janet Alonso, quien sustentó la propuesta, esta modalidad es más ágil y responde mejor al tipo de infraestructura prevista: un recinto cultural y deportivo que se desarrollará íntegramente con fondos privados. El inversionista, la empresa argentina La Nación, asumirá un desembolso de 90 millones de dólares y recibirá a cambio la concesión por 43 años.

¿Dónde se ubicará exactamente y por qué hay resistencia?

El predio señalado se encuentra dentro del Parque de las Leyendas, en un área que actualmente funciona como estacionamiento secundario. Aunque la ubicación parece estratégica para conectar con vías principales como Riva Agüero, el proyecto ha despertado oposición por parte de vecinos y regidores, que advierten un posible conflicto con la zonificación recreativa del área.

“El parque Las Leyendas es un ecosistema urbano que alberga especies animales y requiere tranquilidad”, señaló el regidor JuanCarlos Adriazola. Añadió que la saturación de actividades y ruido en la zona podría deteriorar la calidad de vida de los vecinos y el entorno natural. Adriazola ya se había manifestado en contra del proyecto en sesiones anteriores y reiteró que este tipo de obras no deberían realizarse en zonas de alta carga ambiental y urbana.

¿Cuáles son los desafíos técnicos y legales?

Consultado por Canal N, el urbanista Aldo Facho advirtió que el proyecto deberá superar varios obstáculos antes de iniciarse. Entre ellos, destaca la necesidad de cambiar la zonificación del terreno, que actualmente es recreativa, así como presentar estudios de impacto ambiental, evaluaciones de accesibilidad vial y obtener la opinión favorable de sectores como Cultura y Ambiente.

“El acuerdo no aprueba la obra ni autoriza su construcción. Solo le da al proyecto un carácter prioritario que le permite pasar a la fase de Declaratoria de Interés”, explicó Facho. Esa fase abre un plazo de 90 días para que otros interesados presenten alternativas similares, lo cual también podría modificar el rumbo del proyecto.

Facho destacó que es posible mitigar el impacto ambiental con soluciones arquitectónicas y de ingeniería que controlen el ruido y la iluminación, pero subrayó que esas medidas deben ser detalladas antes de que se otorgue el permiso de obra. También recordó que el Parque de las Leyendas forma parte de un complejo arqueológico protegido, lo que podría requerir autorización especial.

¿Hay intereses cruzados o competencia municipal?

El teniente alcalde Renzo Reggiardo ofreció una lectura más política al señalar que algunas críticas podrían responder a intereses contrapuestos con la Municipalidad de Magdalena, que administra espacios similares en la Costa Verde. Reggiardo defendió la propuesta afirmando que el recinto será “absolutamente acústico” y su ubicación permitirá fluidez vehicular sin generar mayor congestión.

Sin embargo, la ausencia del alcalde Rafael López Aliaga en la sesión del Concejo ha llamado la atención, considerando la envergadura del tema. En su lugar, fue la Gerencia de Promoción de la Inversión Privada (GPIP) la encargada de recibir facultades para continuar el procedimiento técnico y elaborar el cronograma de evaluación.

¿Qué sigue y cuáles son los riesgos?

De acuerdo con el cronograma establecido en el acuerdo municipal, la GPIP deberá liderar la evaluación del proyecto, emitir las opiniones técnicas necesarias y elevar al Concejo las modificaciones o ajustes que se requieran. Aunque este procedimiento podría durar varios meses, se espera que la obra inicie hacia finales de este año si se cumplen los requisitos.

El reto, según expertos y regidores, está en equilibrar la promoción de infraestructura cultural de gran escala con la sostenibilidad ambiental y la armonía urbana. Si bien los Proyectos en Activos representan una herramienta atractiva para dinamizar la inversión, su implementación debe contemplar de forma rigurosa el impacto social y ecológico que podrían generar, sobre todo cuando se desarrollan en entornos protegidos.