Arana contradice a Boluarte: no hay decisión de compra de aviones
Pese al anuncio presidencial de una “decisión histórica” para renovar la flota de la FAP, el jefe del gabinete Eduardo Arana aclaró que aún no se ha tomado ninguna medida concreta sobre la eventual adquisición de aviones de combate.
La aparente determinación del Gobierno para renovar la flota de aviones de combate de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), expresada públicamente por la presidenta Dina Boluarte el lunes 1 de julio en Arequipa, fue puesta en duda por su propio jefe del gabinete, Eduardo Arana, apenas 24 horas después. En conferencia de prensa tras el Consejo de Ministros, el premier aclaró que aún no existe ninguna decisión concreta sobre una eventual compra, pese al encendido discurso de la mandataria.
“Existe la voluntad de este Gobierno de sopesar y examinar la compra”, dijo Arana. “No hay ninguna decisión hasta el momento”, agregó, en evidente contraste con lo anunciado por Boluarte en la base aérea de La Joya durante la ceremonia por los 40 años del sistema Mirage 2000.
Lo que dijo Boluarte sobre la renovación de la FAP
Durante el acto oficial, la presidenta sostuvo que su gobierno había adoptado una “decisión histórica” para renovar la flota aérea, argumentando que la modernización es esencial para garantizar la seguridad nacional y mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias.
“No retrocederemos en esta tarea histórica que asumimos pensando en el Perú. Continuaremos trabajando con determinación, siguiendo el ejemplo de nuestro héroe nacional Abelardo Quiñones”, declaró Boluarte.
La jefa de Estado aseguró que con esta medida se atendería un pedido largamente esperado por la FAP y reafirmó el compromiso del Ejecutivo con el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas.
“Modernizar nuestra flota aérea es fundamental para garantizar la seguridad nacional, promover el desarrollo y fortalecer nuestra capacidad de respuesta ante emergencias. No podemos ser mezquinos con nuestra institución, y mucho menos con la patria”, enfatizó.
El contraste en Palacio: “No hay decisión aún”
Las declaraciones del jefe del gabinete descolocaron a más de uno al suavizar lo que se entendía como una decisión presidencial ya tomada. Arana explicó que la eventual adquisición forma parte de una evaluación todavía en curso, y que será el Ministerio de Defensa el responsable de oficializar cualquier determinación.
“Lo que dijo la presidenta forma parte de lo ya conocido, una voluntad de evaluar. En su momento, el Ministerio de Defensa será el encargado de anunciar si existe alguna decisión de compra”, indicó Arana.
Este deslinde genera dudas sobre la articulación del mensaje oficial y refleja una disonancia dentro del propio Ejecutivo respecto a un tema sensible que implica una elevada inversión de recursos públicos.
¿Qué implicaría la compra?
En octubre del año pasado, el entonces ministro de Defensa, Walter Astudillo, había adelantado que el Gobierno ya analizaba una operación de compra que incluiría 20 cazas monoplaza y 4 biplaza. Se estimó que el primer desembolso se realizaría en 2025 por 2 mil millones de dólares, y un segundo pago de 1,500 millones en 2026 cerraría el proceso.
Junto con estos aviones, se evalúa también la adquisición de dos aeronaves de transporte Boeing 737. Uno de estos equipos sustituiría al actual avión presidencial, con un costo cercano a los S/295 millones.
El discurso de Boluarte en Arequipa se interpretó como la confirmación política de esa operación, pero las palabras del premier Arana devuelven el tema a la etapa de revisión.
¿Hay contradicción dentro del Gobierno?
El desfase en los mensajes entre presidenta y premier ha generado confusión pública. Mientras Boluarte presentó la renovación como una política de Estado ya asumida, Arana remarcó que el tema sigue bajo estudio.
A nivel político, esta diferencia puede interpretarse como una estrategia para moderar el impacto del anuncio, especialmente en un contexto donde otros temas como el alza del sueldo presidencial o el reciente aumento del gasto militar están bajo escrutinio.
La disonancia también plantea interrogantes sobre la gestión coordinada de la política de defensa nacional y la transparencia en la comunicación de medidas sensibles.
La FAP y un pedido largamente postergado
Más allá de las versiones contradictorias, la Fuerza Aérea del Perú ha solicitado desde hace años una modernización de su flota. Los Mirage 2000, incorporados hace cuatro décadas, enfrentan obsolescencia técnica y crecientes costos de mantenimiento. Varios de ellos ya no operan, y su reemplazo es considerado clave para mantener la operatividad aérea estratégica del país.
En ese contexto, el discurso de Boluarte buscó posicionar al Gobierno como un actor dispuesto a atender esa demanda histórica. No obstante, sin definiciones concretas ni cronogramas oficiales, lo que se presentó como un “hito” aún permanece como una posibilidad en evaluación.
El factor económico y político
La compra de aviones de guerra implica un gasto elevado en un contexto donde otras prioridades, como la lucha contra la inseguridad, la reactivación económica o la salud pública, también exigen recursos.
El anuncio de Boluarte llegó, además, en medio de cuestionamientos por el reciente incremento de su salario presidencial —de S/16 000 a S/35 568 mensuales— lo cual ha generado duras críticas desde diversos sectores. En ese marco, una inversión de miles de millones de dólares en equipamiento militar puede resultar impopular si no se maneja con cautela.
¿Un anuncio prematuro?
Con el deslinde de Arana, el Ejecutivo parece querer dar marcha atrás o, al menos, moderar las expectativas frente a lo dicho por Boluarte. En lugar de una “decisión histórica”, el jefe del gabinete habla ahora de una intención sujeta a análisis.
En conclusión, la diferencia de tono y contenido entre las declaraciones de la presidenta y su primer ministro no solo genera incertidumbre respecto al futuro de la compra militar, sino que también plantea dudas sobre la consistencia del mensaje gubernamental y la forma en que se toman —o se anuncian— decisiones clave desde el más alto nivel del Estado.