Antauro Humala ingresó a Petroperú y criticó al Gobierno
El líder etnocacerista fue recibido en la refinería de Talara, cuestionó al Ejecutivo desde el lugar y reactivó críticas contra Dina Boluarte y el Congreso. Su ingreso genera reclamos por falta de control institucional.
El ingreso de Antauro Humala a la refinería de Talara ha encendido una nueva polémica. Según las actas de transparencia de Petroperú, el líder etnocacerista, sentenciado por el asesinato de policías durante el 'Andahuaylazo', sostuvo una reunión de trabajo de más de tres horas con un funcionario de la empresa estatal. El hecho no solo llamó la atención por el personaje involucrado, sino por el silencio oficial que lo rodeó.
La reunión se produjo el 10 de julio entre las 9:15 a. m. y las 12:47 p. m., y tuvo como interlocutor a Arturo Alexander Rodríguez Paredes, gerente del Departamento de Proyecto Modernización de la Nueva Refinería de Talara. El nombre de Antauro Humala no figura como parte de algún consejo técnico ni tiene relación contractual con la petrolera estatal.
¿Quién autorizó el encuentro?
Uno de los primeros en cuestionar públicamente el ingreso fue el exministro del Interior Wilfredo Pedraza. En entrevista con Canal N, consideró inaceptable que “una persona sin vínculo institucional alguno” acceda a instalaciones estratégicas como las de Petroperú. Para el exministro, se trató de una falta grave que merece una respuesta del Ejecutivo, especialmente del titular del Ministerio de Energía y Minas.
“Me parece que un personaje como ese, tan directo contra principios constitucionales tan básicos como respetar la vida, sea recibido en una entidad pública. Esto debería motivar una acción disciplinaria”, señaló Pedraza.
Hasta el momento, no hay pronunciamiento oficial de la empresa estatal ni del sector correspondiente.
Mensaje grabado desde Petroperú
Al salir de la reunión, Antauro Humala grabó un video en el que dirigió duros calificativos contra la presidenta Dina Boluarte, los ministros de Estado y el Congreso. Lo hizo desde el ingreso de la refinería, presentando su visita como una “muestra de respaldo” a los trabajadores de Petroperú y acusando al Gobierno de querer sabotear a la empresa estatal.
“Petroperú persiste gracias a su patriotismo, gracias a sus empleados... Ellos sí luchan, mientras este gobierno traidor, presidido por una traidora, intenta sabotearlos junto a 130 mamíferos que legislan para los extranjeros”, expresó.
El uso de un video grabado en plena infraestructura pública añade una nueva capa al debate: ¿se está usando el aparato del Estado como plataforma de campaña?
El trasfondo político de Antauro Humala
Aunque su partido político A.N.T.A.U.R.O fue declarado ilegal y disuelto por el Poder Judicial en enero de 2025, Humala ha mantenido una presencia activa en la escena pública. La Corte Suprema ratificó en segunda instancia la cancelación de su inscripción en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP), lo que dejó sin base legal su eventual postulación presidencial.
Con esa decisión, Antauro Humala quedó fuera de la carrera electoral para el 2026, al menos en lo que respecta a los cargos de presidente, vicepresidente, gobernador o alcalde. No obstante, mantiene abierta la posibilidad de postular al Congreso como invitado, siempre que cumpla con los demás requisitos legales, incluyendo el pago de su reparación civil.
¿Una nueva forma de campaña?
Desde su excarcelación en 2022, Humala ha intentado posicionarse como un referente antisistema, aprovechando el desencanto ciudadano con la clase política. Su visita a Talara, y particularmente su video desde la refinería, parecería ser parte de esa estrategia. Pese a estar legalmente limitado, actúa como si estuviera en campaña.
Su presencia en Petroperú no fue una simple visita técnica. El mensaje grabado, con referencias directas a ministros, congresistas y la presidenta, evidencia un intento de capitalizar políticamente un espacio simbólico del Estado.
El rol del Ejecutivo ante lo ocurrido
Lo más llamativo, sin embargo, ha sido el silencio del Gobierno. Ni el ministro de Energía y Minas, Jorge Montero Cornejo, ni la presidencia del Consejo de Ministros han emitido declaración alguna. Tampoco se conoce si el ingreso fue solicitado, coordinado o aprobado por algún despacho ministerial.
En otros contextos, un hecho como este habría sido investigado de inmediato por la Contraloría General o por las comisiones del Congreso. Sin embargo, el caso sigue sin generar una reacción institucional concreta.
La pregunta clave: ¿quién responde?
El episodio deja más preguntas que respuestas: ¿fue autorizado el ingreso de Humala? ¿Qué se discutió durante las tres horas de reunión? ¿Es común que líderes políticos sin representación legal vigente accedan a instalaciones estratégicas como la refinería de Talara?
La falta de pronunciamiento puede generar una percepción de permisividad, o incluso de complicidad institucional. El hecho también pone en tela de juicio los controles de seguridad en Petroperú, especialmente en medio de una coyuntura política marcada por conflictos sociales y polarización.
¿Qué consecuencias podría tener?
Si se confirma que hubo una vulneración de protocolos o un uso político de instalaciones estatales, el caso podría escalar hacia instancias como la Comisión de Fiscalización del Congreso o incluso el Ministerio Público. Hasta ahora, no hay indicios de que se haya iniciado una investigación formal.
Más allá del impacto legal, el caso podría convertirse en un precedente para otros actores políticos que intenten usar infraestructura del Estado para fines personales o partidarios.
¿Fin de la carrera presidencial?
La sentencia judicial que anuló el partido de Humala es clara: no puede postular en las elecciones generales de 2026. Sin embargo, eso no ha impedido que el líder etnocacerista siga buscando protagonismo. Su visita a Talara evidencia que, aunque sin partido, sigue activo políticamente.
Las posibilidades de una eventual candidatura legislativa dependerán del cumplimiento de los requisitos legales y de si alguna agrupación decide acogerlo como invitado. Por ahora, el ingreso a Petroperú marca un nuevo episodio en su intento de posicionarse como figura política nacional, al margen de las restricciones judiciales.