Vraem: El drama de quienes perdieron a sus familiares en el ataque en San Miguel del Ene

Esperaron varias hora en la Morgue de Pichari, pues varios de los cuerpos quedaron irreconocibles

Los cadáveres fueron trasladados a la Morgue de Pichari en el Cusco

La violencia desatada la noche del domingo en San Miguel del Ene, le arrebató a Juan Ochoa sus hermanas: Marcelina, Diane y Carmen Rosa Ochoa Ccahuana. Dos de ellas terminaron calcinadas en medio de la selva de la provincia de Satipo en la Región Junín-Vraem. La insania terrorista también le quitó la vida a sus pequeñas sobrinas Luana y Anyelí de tres y un año respectivamente.

“Solo dicen que de un momento a otro han empezado a disparar. Mi hermana estaba afuera atendiendo y las chicas estaban trabajando. Mis dos hermanas estaban durmiendo. Han empezado a disparar y parecía que era cohete. Han cruzado el río y han empezado a disparar. A matar gente”, contó Juan Ochoa a América Noticias.

Además nos dijo que su hermana Marcelina Ochoa Ccahuana era la dueña del bar conocido como Cuchipampa. Dijo que el fuego se produjo por la explosión de una máquina durante el ataque.

Los cadáveres fueron trasladados a la Morgue de Pichari en el Cusco. Allí nos encontramos con una representante de la Cruz Roja que nos contó que cubrirían los gastos de sepelio de las 16 víctimas.

Los familiares de las víctimas esperaron durante varias horas la entrega de los féretros. El trámite fue difícil, ya que algunos de ellos se encontraban irreconocibles. Ese fue el caso de Lorena Quispe Aguilar, natural de Cañete, quien trataba de reconocer a su hermano de 25 años entre las víctimas calcinadas a través de dos tatuajes. Solo dos cuerpos continúan sin ser identificados.

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