La vida por un celular

EXCLUSIVO | La inseguridad en las calles de las principales ciudades del país sigue en aumento.

(Video: Cuarto Poder)

Reportaje: LUIS MIRANDA

Salía del colegio y un sujeto intentó quitarle su celular. El menor de 16 años opuso resistencia, pues ya le habían robado dos teléfonos y no quería perder un tercero.

Pero fue baleado sin piedad a la altura del hueso maxilar inferior. Ahora su estado es grave y está hospitalizado en la unidad de Cuidados Intensivos del hospital María Auxiliadora.

La madre y el hermano mayor del menor se turna para hacer guardia día y noche en las afueras de dicho hospital.

El escolar que cursa el cuarto año de secundaria en el colegio Alfonso Ugarte de San Juan de Miraflores tiene actualmente los huesos y dientes astillados. Su estado es de cuidado.

En casa del adolescente su padre, un humilde reciclador de basura, guarda el celular que el delincuente hasta ahora no identificado quiso arrebatarle a su hijo.

El aparato fue adquirido por el agraviado con mucho esfuerzo. Pero salvarlo de las manos del delincuente le costó muy caro.

Han separado esta habitación para que el jovencito pueda reponerse cuando salga del hospital. Pero aun no tienen una cama para él pues antes compartía un colchón con su padre. La familia hará una actividad social para recaudar fondos con el fin de cubrir los gastos de las costosas operaciones que vienen. Temen que el hijo que es un buen estudiante y deportista, hincha del club Alianza Lima, pueda quedar con el rostro desfigurado.

Los padres han estado buscando las cámaras de seguridad de la avenida Solidaridad donde ocurrió el hecho pero no encontraron ninguna. Una cámara cercana no funciona.

Este es un caso más ligado al robo de celulares cuya incidencia vuelve a subir en Lima luego de dos años de pandemia. Pero en el distrito de San Juan de Miraflores estos robos tienen un componente que indigna a los vecinos. Y es que desde hace dos años los barrios y avenidas de esta populosa zona de Lima no cuentan con cámaras de vigilancia. La delincuencia está suelta en plaza y los ladrones actúan sin temor a ser identificados.

En enero de este año el reportero Libero Belotti de América Televisión pudo grabar escenas inverosímiles. Gran cantidad de cámaras de seguridad almacenadas en un local del municipio que deberían estar cumpliendo la tarea de vigilar las calles del distrito. El alcalde Daniel Castro se mostraba indolente ante este escándalo, según la entrevista registrada en ese mes.

No solo eso, se pudo comprobar que las pantallas de la central de monitoreo tenía imágenes congeladas, como para hacer creer a los vecinos que estaban operando.

Nosotros regresamos al distrito este viernes y en el local municipal los funcionarios a cargo no podían atendernos. Al parecer había mayor preocupación en los pormenores de un matrimonio masivo que en la seguridad del distrito. El regidor Juan Carlos Guillén asegura que cuatro meses después de que fueran hechas estas grabaciones, la situación sigue totalmente igual.

El distrito está tan desprotegido que los vecinos de la urbanización El Arenal han tenido que poner de su bolsillo para armar un sistema de vigilancia con cámaras que viene dando resultados.

La inseguridad en las calles de las principales ciudades del país sigue en aumento. Según cifras de Osiptel la cantidad de robos en el territorio nacional subió de 3699 incidencias en el 2021 a 4326 robos en los primeros meses del presente año.

Solo un día después del ataque al menor de San Juan de Miraflores, el joven universitario de San marcos Carlos Javier Cubillas de 24 años fue asesinado de tres disparos por un sujeto que intentó robarle su celular. El hecho ocurrió en Ventanilla. Otro lugar sin cámaras de seguridad.

Ya nadie está libre de ser asaltado hasta en distritos supuestamente seguros como Surco, que registra 227 denuncias de enero a abril. Pero a la cabeza de la lista está San Juan de Lurigancho con 906 denuncias, le siguen Comas con  646, Chorrillos con 461, Los Olivos con 334, San Martín de Porres con 278, Lima cercado con 276, y siguen otros en una lista de terror en este tipo de sustracciones callejeras. Lima y las principales ciudades del país siguen sin un plan de seguridad que nos permita caminar tranquilos por las calles.

Indignación, rabia, miedo es lo que provocan estos casos en un país que vive una ola delincuencial en franco avance, sin que nadie la detenga.

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