Vacunación imposible en la selva

Loreto es una de las regiones con menos vacunados, solo superada en escaso porcentaje por Madre de Dios.

Índice de vacunación en la selva es bajo (Foto: Cuarto Poder)

Un hombre de la etnia shawi de Sarimiriza rechaza la vacuna contra el covid-19 a pesar de que su esposa hizo un cuadro grave del virus. Esta situación llevó a que busque ayuda profesional. 

En entrevista con Cuarto Poder, Rubino Huasanga Mozambite indicó que no piensa vacunarse, ni él ni su familia. 

“No, no estoy de acuerdo, ni mi señora, mis hijos no están vacunados”, dijo el hombre. 

“Que los vamos a controlar con un chip, que es el sello de la Bestia, y ahora ya ni siquiera quieren recibir otras vacunas”, agregó.

“Nosotros no estamos de acuerdo con la vacunación. Nos han dicho que esa vacuna no es buena”, concluyó.

Miedo, información falsa, hasta creencias religiosas son factores que se mezclan y que hacen muy difícil la lucha contra el covid-19 en la Amazonía peruana.

En esta zona del país, los médicos sienten mucha impotencia porque tienen pacientes con creencias y eso les impide llegar completamente a una atención integral al paciente. Asimismo, creen más en sus plantas, en sus hierbas e infusiones, eso nos ha hecho ver fallecer a muchos pacientes.

Las plantas medicinales no funcionaron en este caso, Sólo las medicinas y técnicas modernas pudieron ayudarla en un cuadro agravado por la anemia y un tumor en el ovario. Y por supuesto por no estar vacunada debido a la decisión de su esposo.

La señora ha recibido dos transfusiones de sangre. Su familia ha movido cielo, mar y tierra para conseguir sangre. Aquí es muy difícil.

Esta es la realidad de la provincia de Datem del Marañón y de toda la región Loreto donde existe un gran rechazo a ser inoculado contra el covid-19.

Solo el 54 % de la población ha completado su esquema de vacunación. Esto convierte a Loreto en una de las regiones con menos vacunados, solo superada en escaso porcentaje por Madre de Dios.

Conversamos con el profesor bilingüe del pueblo wampis Samuel Sumpa Mayán sobre la vacunación contra el coronavirus. 

Cuarto Poder: ¿Usted está vacunado?

Sumpa Mayán: No. Más que todo existe desconfianza, la medicina no se ha visto cómo se elaboró y quién nos garantiza, además muchas informaciones por redes y al final no hay explicación definida.

Muy cerca de esta pareja de esposos del pueblo shawi, una anciana de la comunidad nativa achuar lucha por su vida y los médicos han tomado la decisión de trasladarla a un hospital con mejor tecnología. En otra cama la bebé de una madre joven se recupera de la crisis respiratoria provocada también por covid-19.

“A veces llegan en estado muy crítico y no se puede hacer mucho con el paciente. Primero son sus hierbas y cuando están empeorando recién vienen”.

En el centro de salud de San Lorenzo, los pacientes covid-19 se mezclan sin barreras sanitarias de por medio con otros enfermos incluso de edad avanzada.

La enfermera Zandalí Vizcarra debe lidiar a diario con esta situación. Ella misma ha tenido covid-19 dos veces. Pero su esquema completo de vacunación le permitió sobrellevar la enfermedad.

Cuarto Poder: ¿Hay peligro de que esa paciente se contagie?

Enfermera: sí, hay peligro, pero no hay donde más colocarlos.

El rechazo a la vacunación lo viven constantemente los profesionales de la salud, en una región donde el 70 % de la población pertenece a siete pueblos indígenas.

“Luchamos bastante y algunos ni siquiera creen en la transfusión de sangre, entonces ahí nos toca hablarles, convencerlos para que entiendan”.
 

En ese sentido, comentó que si fuera ministra de Salud “trataría de llegar a todas las comunidades”. 

Estos videos de fines del año pasado registran los momentos en que dos federaciones indígenas reunidas con el presidente de la red de salud se niegan a recibir la vacuna. El primer encuentro ocurrió en la comunidad quichua de Alianza Cristiana y la otra en San Juan de Manchari, de mayoría achuar.
 

“Para mí fue un problema bastante fuerte porque yo esperaba que ellos pudieran acceder a la vacuna. No quisieron”, dijo.

Estas actas dan cuenta de la negativa de la comunidad awajún de Atahualpa, en Manseriche, que incluso no aceptan que sus niños reciban ningún otro tipo de vacuna por temor a que les pongan la del covid-19 sin su consentimiento. Y todo por la desinformación que cunde en las redes sociales y se propaga como un virus por el boca a boca.
 

Pese a las dificultades, el personal de la red de salud de San Lorenzo no deja de viajar a las comunidades más alejadas con la esperanza de convencerlos de que se vacunen. El objetivo era llegar a la comunidad candoshi de Domingo Cocha. Hay que salir de madrugada para navegar por el Marañón y luego por el río Pastaza en un viaje que muestra la vastedad del territorio amazónico y también su impresionante belleza.
 

La primera parada fue en Ullpayacu, la capital del distrito de Pastaza, donde el personal de la red de salud recogió 42 dosis de las vacunas Sinopharm y Pfizer destinadas a la comunidad nativa.
 

El viaje continuó por un caudaloso río Pastaza hasta ingresar, de pronto, al vasto mundo del lago Rimachi, donde se puede ver la diaria labor de las familias candoshi, cuya principal actividad es la pesca. 

Este grupo humano de la selva remota está conformado por apenas dos mil habitantes, un pueblo que ha vivido terribles azotes epidémicos durante la época del caucho. Hace dos décadas, se vieron diezmados por una epidemia de hepatitis B que, al parecer, llegó con los operarios de las compañías petroleras. Aun así, fue sorprendente escuchar lo que los integrantes de la comunidad candoshi piensan sobre las vacunas contra el covid-19.

Partera Norma le pidió al presidente Castillo un puesto de salud en vez de la vacunación contra el coronavirus. 

“Al señor Castillo le decimos que no queremos la vacuna y que nos apoye con el puesto de salud porque es tan chiquito como si fuera un gallinero”, expresó.

Miguel Mashingashi traduce así lo que reclama Norma, la mujer partera. Se han reunido en casa del apu Miguel los principales líderes de la zona, y uno de ellos luce un traje tradicional. El apu Fidel Mashingashi, el único que domina el castellano, adelanta algunas opiniones.
 

“Si yo ahora vacuno, mañana muero, quién cuidará a mis hijos. Entonces, tenemos que usar nuestras propias medicinas, lo que nos ha dejado nuestro señor poderoso”.

Mashingashi es creyente evangélico de la iglesia Nueva Galilea y señaló que la “vacuna según la Biblia ya está cerca del sello de la bestia”.

-¿Algún pastor le dijo eso?

-Sí, Apocalipsis, capítulo 13. Léalo.
 

El apu menciona al fundador de Microsoft. “Doctor Bill Gates había declarado, para eliminar a población mundial 15 %”.

-Habla licenciada 020932. Esta vacuna si bien es cierto no te vas a contagiar, pero ya no con esa mortalidad de un principio.

Luego de un diálogo que era también un choque de culturas, no hay mucho que decir. Ningún apu aceptó la vacuna para su comunidad.

Fidel dice “no queremos vacuna, ustedes tienen que respetar al pueblo candoshi”. Tanto dinero invertido en combustible y un día entero de viaje para nada. Era obvia la frustración del personal de la red de salud que planeaba vacunar a adultos y niños contra una pandemia que aún no quiere retirarse del todo.

Hay que resaltar que los apus candoshi fueron muy respetuosos con los trabajadores de salud. Pero nada les quitaba de la cabeza que la vacuna era un instrumento siniestro. Pero este acercamiento trajo una luz de esperanza.

Pero el rechazo a la inoculación, la escasez de personal de salud y el bajo presupuesto no son los únicos problemas que enfrenta esta vasta provincia loretana. La fiscalía viene investigando el caso de una mafia dentro de la red de salud que ingresó a la base datos los nombres de por lo menos veinte personas que usaron la falsa credencial para viajar y acceder a servicios que están restringidos para los no vacunados.

FISCAL BAJO SOSPECHA
José Tejada Mendocilla, fiscal adjunto provincial se encuentra bajo sospecha por la Fiscalía. 

“La fiscalía sospecha de Jorge Luis Tello como el responsable de captar a las personas que no quieren vacunarse… Esta persona está con paradero desconocido”.

Uno de los individuos que adquirieron estos carnés falsos es un hombre que pertenece a una comunidad evangélica, según el propio testimonio que dio a la fiscalía. Se trata de Percy Placencia Arévalo en cuya declaración se lee lo siguiente: "Nunca me he vacunado toda vez que mi persona es religiosa y en mi religión nos prohíben eso".

Placencia había dado una dirección imprecisa; pero luego de peinar una gran parte del barrio de Nuevo San Lorenzo lo pudimos ubicar. Reconoció haber burlado el sistema del Ministerio de Salud con ayuda de un operador.

“He dicho que no quiero vacunarme, inclusive con todos mis hijos, así no me den trabajo, yo soy técnico enfermero ni aun así no me interesa que me vacunen”.

-¿Compraste un carné de vacunación falso?

-Yo no compré, yo pagué a un conocido para que me ponga en el sistema porque necesitaba viajar a Jaén

-Han implicado a veinte personas pero quizá hay más.

-Bueno, yo he visto en la red de salud como ochenta, no sé porque la red esconde

-¿Cuánto pagaste?

-200 soles.

-Soy bautizado en religión evangélica, y no inclina en estas vacunas, son diabólicas.

Ahora este padre de familia con familia diabética debe enfrentar un proceso por falsedad genérica que lo podría llevar a prisión.

A raíz de las restricciones que se han decretado para los no vacunados algunos miembros de comunidades nativas están acudiendo a vacunarse. Hay quienes lo hacen por obligación, pero también aquellos que llegan desde lugares muy alejados donde nunca ha llegado el sistema oficial de salud.

“Qué pasaría en el futuro si ellos se niegan a recibir cualquier tipo de vacuna: comenzaría a haber más cantidad de enfermos, podría haber rebrote de enfermedades que ya están erradicadas. La varicela, el tétanos, el sarampión, la rubéola”.

Un futuro preocupante aguarda a Loreto si no hay un acercamiento intercultural mucho más eficiente. Estas son las consecuencias de haber estado tantos y tantos años ausente.

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