Tormenta de arena afectó cinco ciudades de Ica

Una intensa tormenta de arena afectó este fin de semana a cinco ciudades de la región Ica, generando preocupación entre los vecinos y paralizando diversas actividades. Pisco, Paracas, San Andrés y otras zonas del litoral quedaron cubiertas por una densa capa de polvo y arena, debido a fuertes ráfagas de viento que llegaron hasta los 61 kilómetros por hora, según reportó el Senamhi.

El fenómeno redujo drásticamente la visibilidad en las carreteras de Pisco, obligando a los conductores a bajar la velocidad o detenerse. Las autoridades advirtieron sobre el riesgo de accidentes y recomendaron a la población tomar precauciones y no exponerse innecesariamente.

Sin pesca, sin turismo y sin vuelos

En Paracas, la situación obligó a cerrar agencias de turismo, restaurantes y centros artesanales, ante la ausencia total de visitantes. Más de mil pescadores de la caleta San Andrés suspendieron sus faenas por la poca visibilidad en el mar, lo que afectó su jornada de trabajo.

Vecinos expresaron su preocupación por los efectos del polvo en la salud. “Me ha traído una tierra amarilla. No sé si traerá enfermedades, ojalá que no nos traiga otra pandemia”, dijo una ciudadana, mientras otra comentaba que tuvo que encerrarse en casa “por tanto polvo”.

Además, CORPAC informó que se suspendieron temporalmente los vuelos en el aeropuerto de Pisco y el aeródromo regional, como medida preventiva. Aunque en Tacna y Arequipa también se reportaron vientos intensos y neblina, los vuelos en esas regiones no se vieron afectados.

¿Qué explicó el Senamhi?

De acuerdo con el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), los vientos en la zona costera de Ica alcanzaron velocidades entre 33 y 70 km/h, especialmente en sectores cercanos a Paracas. Las imágenes satelitales mostraron el levantamiento de polvo a gran escala en la zona.

Senamhi recordó que este tipo de fenómenos puede repetirse en los próximos días, por lo que pidió a los ciudadanos estar atentos a los avisos meteorológicos. En tanto, las autoridades locales y de defensa civil monitorean el desarrollo de los vientos y las condiciones del clima.

La población espera que las condiciones mejoren pronto, ya que la tormenta no solo interrumpió actividades productivas, sino que generó preocupación en miles de familias afectadas por el polvo y la arena que invadieron viviendas, calles y negocios.