Se incrementan asaltos a la luz del día y en zonas vigiladas

La ola delincuencial crece en la capital y gana las inmediaciones del centro histórico

Foto: Cuarto Poder

La delincuencia va en alarmante aumento y ni siquiera la sede del Congreso se ha salvado. Y si el Parlamento no es seguro, peor una joyería que está a 3 cuadras de Palacio.

En 30 segundos, delincuentes ingresaron con armas de fuego al negocio de Orlando Crispín y se llevaron todo lo que pudieron: anillos, pulseras y gargantillas de oro.

El asalto fue avezado pero no perfecto. Los delincuentes olvidaron un mandil blanco y una de las motos en las que iban, por lo que 15 horas después, los agentes los capturaron con el botín.

Se les incautó una granada, batas blancas, balas y material de largo alcance en una vivienda de San Juan de Miraflores. 

Jhony Alonso Barahona Aller es uno de los miembros de la banda que fue capturado y ahora debe responder ante la justicia contra los otros implicados.

Por otro lado, una mujer logró trepar las rejas del Congreso e ingresar a la sede. Se llama Vanessa Cejuela Correa, es española y nadie se percató de su ingreso.

Ella llega al tercer piso, e ingresa a la oficina de la congresista de Podemos, María Teresa Cabrera y fuerza la puerta. Pero ni ese ruido alerta a los agentes de seguridad del Congreso.

Se llevó una laptop tras empujar una puerta sin que una decena de policías se diera cuenta de sus fechorías.

La mujer tiene un largo prontuario vinculado al tráfico de drogas y al hurto desde 2001 cuando fue detenida en el Callao al pretender llevar a Holanda 29 kilos de cocaína líquida en cajas de vino.

Ya no importa cuántas cámaras tenga un local, si lo cuida la PNP o decenas de agentes. La delincuencia es capaz de meterse al Congreso o a joyerías ubicadas a metros de Palacio de Gobierno.

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