Sarratea III: Todos los detalles sobre la investigación en la casa de Breña

Así se gestó el reportaje que reveló las reuniones del presidente Pedro Castillo en el predio 

Foto: Cuarto Poder

Cuarto Poder llegó el 20 de octubre a la cuadra 1 de Sarratea en busca de Richard Rojas para averiguar respecto de su nombramiento como embajador. En la calle había policías y los periodistas tuvieron que quitarse las credenciales para entrar al pasaje.

En ese momento apareció la camioneta dle presidente. A partir de ahí cambió el sentido de la investigación. Los periodistas se hicieron pasar como clientes de la pizzería ubicada a pocos metros de la casa.

Los periodistas se ganaron la confianza de los trabajadores y todos confirmaron el dato: "El presidente viene dos o tres veces a la semana". Esto debido a la cantidad de policías que aumentaba.

Esa noche hubo más visitas que no registró Cuarto Poder. De momento la única estrategia era caminar alrededor de la casa fingiendo que se hablaba, tapando el celular. 

El mandatario abandonó la casa a los pocos minutos. Luego el comisario de Breña llegó al lugar para pedirle al equipo que se vaya. El seguimiento a los visitantes terminó en San Juan de Lurigancho.

Los últimos días de noviembre Cuarto Poder volvió sin cámaras a Breña. Se confirmó por los vecinos que el presidente iba muy seguido a Sarratea. Es entonces cuando se apostaron cerca de la casa para realizar la vigilancia día y noche.

Para ello lo mejor era conseguir una habitación bien ubicada con vista a la calle. La búsqueda dio sus frutos a los cuatro días. El 3 de noviembre se alquiló un cuarto de 2 metros cuadrados por el que se pagó 300 soles. La familia que alquiló el cuarto nunca supo que sus inquilinos eran periodistas.

La vigilancia empezó el 5 de noviembre. El movimiento era netamente nocturno y por esta razón la guardia era desde las 5 de la tarde hasta la mañana del día siguiente. Se pudo obtener con ello el registro de los delivery que llegaban, amigos del barrio, entre otras personas.

Del 16 al 18 había visitas a la casa de noche, sin embargo no eran rostros conocidos. Los vecinos del pasaje eran bastante observadores, incluso cuando se realizaban pagos inusuales en plena calle entre los concurrentes nocturnos.

La vigilancia se detuvo el 22 de noviembre. Lo conseguido hasta esa fecha era suficientemente grave como para mostrarlo al país. Los reportajes del 28 de noviembre y del 5 de diciembre tuvieron una sola misión: Llegar a la verdad, investigar lo que estaba ocurriendo. Así se hizo y se presentó.

Lo principal es que el país sigue aguardando respuestas sobre los allegados presidenciales que se reunían a escondidas en la famosa vivienda de Breña.

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