Rutas de Lima responsabiliza a la MML por caos vial en el sur
Rutas de Lima culpa a la Municipalidad de Lima por no reparar el puente Conchán y advierte crisis en verano
Ingresar o salir de Lurín se ha vuelto un reto diario. Un reportaje de Cuarto Poder reveló que, a seis meses del cierre del puente Conchán por daños en su estructura, el tráfico en la zona se ha desbordado y no hay señales de una pronta solución. Las largas filas de autos han convertido cada trayecto en una pesadilla para vecinos, trabajadores y visitantes.
Las rutas alternas, lejos de aliviar la situación, han empeorado la congestión. Los desvíos por Villa El Salvador y San Pedro se han convertido en embudos donde miles de vehículos quedan atrapados por horas. Negocios locales, como los tradicionales restaurantes de chicharrón, reportan pérdidas porque muchos clientes evitan la zona para no enfrentar el caos.
¿Qué dice Rutas de Lima?
La concesionaria Rutas de Lima emitió un comunicado en el que responsabiliza directamente a la Municipalidad de Lima por el desorden vial. Señala que la comuna no ha reparado el puente Conchán, cerrado hace seis meses, y que además impuso una sanción millonaria que obligó a suspender el uso del sistema electrónico de peajes E-pass.
Este sistema, que funcionó por más de una década, permitía pagos rápidos sin contacto y reducía el tiempo en las casetas. Sin él, las colas en la Panamericana Sur se han hecho mucho más largas y lentas.
¿Qué pasará en verano?
Según Rutas de Lima, el verano 2026 será el primero en más de diez años sin E-pass y con el puente Conchán aún inhabilitado. Esto, en una temporada en la que el tránsito en la Panamericana Sur aumenta hasta en un 60 %, podría generar un colapso vial sin precedentes.
La empresa lamentó la situación y pidió a las autoridades que tomen medidas urgentes antes de que la crisis se agrave aún más. “La incomodidad y el malestar que viven los usuarios es responsabilidad de la Municipalidad de Lima”, indicó en su pronunciamiento.
Vecinos y comercios afectados
Mientras tanto, los vecinos de Lurín se enfrentan cada día a horas de tráfico para entrar o salir del distrito. Los comerciantes, por su parte, ven caer sus ingresos por la disminución de clientes. Lo que antes era un viaje corto para disfrutar de un desayuno, hoy se ha convertido en un trayecto interminable.
A tres meses del inicio del verano, la incertidumbre crece. El puente sigue cerrado, las vías colapsadas y aún no hay una solución concreta a la vista.














