PPK y los hechos que marcaron el rumbo de sus casi dos años de gobierno

El presidente dimitió en medio de escándalos de corrupción y un pedido de vacancia

PPK

Un año y ocho meses llevó Pedro Pablo Kuczynski la banda con un estilo de movimientos físicos y políticos ininteligibles. Gobernar con el apoyo de las calles y provincias era su intención, pero ni unos ni otros le hicieron coro.

El Congreso empezó entonces con el estrangulamiento desde el minuto cero. Primero intentó concicliar, incluso llegó a bajar la cabeza ante el naranja ofreciéndole cabezas en bandeja, pero nada funcionó.

Un mototaxi había decidido arrollar al hombre de Oxford, Princeton, del Banco Mundial, al hombre que dirigió con sonrisas la economía del país por años. Y llegó Odebrecht y sacó a relucir sus murallas chinas con puertas giratorias. 

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Su suerte parecía estar hechada, una Fujimori le quería dar el tiro de gracia, un Fujimori lo quería salvar del paredón de la vacancia: lo salvó y de paso salvó a su padre gracias a un indulto humanitario.

Pedro Pablo Kuczynski y Kenji Fujimori se convirtieron entonces en hermanos de salvación. Estrenó el año con una nueva soga al cuello, otro pedido de vacancia. Empezaba a culpar de sus males al comunismo, ese que había sido su aliado en la segunda vuelta.

El hombre que quería dar agua y desagüe para el país terminó mostrando la gran cloaca que nos rodea. Una ilusión efímera, un hombre solo yéndose por la puerta trasera de la historia. 

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