Nueva modalidad de sicariato: Cuatro asesinatos en losas deportivas en menos de un mes

La PNP investiga a los criminales que realizan presuntos ajustes de cuentas en concurridos eventos deportivos de la capital

Foto y video: América Noticias

Nuevamente las canchas se tiñeron de sangre. Un sicario arremetió contra un joven en pleno partido. Al parecer, los campeonatos de fulbito están en la mira de los criminales. Cuatro asesinatos en losas deportivas, en menos de un mes y en distintos distritos, que tendrían el mismo móvil.

Le decían Pachu, pero su nombre era Marco Antonio Arbulú Posadas, un joven del barrio de los constructores en San Juan de Lurigancho, donde solía organizar partidos junto a sus amigos peloteros. Incluso, realizaban su propio Mundialito. Un evento masivo, en el que no sólo había un jugoso premio de por medio, sino también reunía a equipos de todos los barrios. El domingo, él fue el blanco de un verdugo que tenía la orden de matarlo.

Por la forma en que fue asesinado el número 7 del equipo rosado, hace sospechar a la policía que se trataría de un ajuste de cuentas por integrantes de una banda criminal dedicada a la extorsión y microcomercialización de drogas en la zona.

Pachu como le decían, había trabajado en el municipio de San Juan de Lurigancho, hace un año y medio, por lo que a sus amigos serenos les sorprende que este joven de 25 años haya sido el blanco de un sicario. Según los agentes de homicidios, al parecer, tendía una doble vida, que lo habría llevado a la muerte.

Pertenecía a una de las barras bravas más conocidas de San Juan de Lurigancho, llamada la tropa de Universitario de Deportes, es por ello, que su velorio parecía un encuentro del equipo crema lleno de canticos característicos de la hinchada.

Tan sólo hace unos días, de este incidente en Pachacamac también asesinaron a otro hombre cuando se encontraba jugando fútbol con sus vecinos. Él era un padre de familia que trabajaba en el rubro de construcción civil, un vecino querido en su zona, por lo que ahora, exigen justicia por su cruel muerte.

Dos asesinatos a sangre fría que guardarían relación con otros ocurridos en julio y a inicios del año, donde también la escena fue una cancha deportiva. Al parecer, esta sería una nueva modalidad de sicariato, donde los verdugos, aprovechan que sus víctimas están desprevenidas.

El 28 de julio fue la fecha elegida por un sicario para asesinar a dos jóvenes que no bordeaban ni los 30 años en un evento deportivo. El criminal ingresó a la cancha, pues tenía en la mira a Robin Teodoro Ortiz Huaytalla y Mitchel Tonconi Sanchez, un par de jugadores, que siempre participaban en campeonatos relámpagos entre barrios en el distrito de Santa Anita.

Lamentablemente, en la balacera desatada esa trágica tarde, Jeremy Brandon Valle Blanco recibió un mortal disparo en el pecho. A sus 24 años, Jeremy era un estudiante de la carrera de ingeniería geológica de la UNI y ex jugador del Club Minero de su alma mater. Él fue una víctima inocente de esta tragedia que manchó, una vez más, una cancha de sangre.

Ese mismo día, en San Martín de Porres lo que también era una tarde deportiva se convirtió de un momento a otro, en una pesadilla, unos criminales llegaron a una cancha y atacaron a los asistentes con una ráfaga de disparos y acabaron con la vida de Eros Marcos Fernandez Tarazona conocido como Kukin y Claudio Ortiz Badaracco de 24 años, este último ya había sufrido, en el 2020 una tentativa de homicidio. Un macabro crimen que se debería a una rivalidad entre bandas por la hegemonía de la micromercializacion de drogas.

Este tipo de asesinatos habría empezado a inicios del año cuando un empresario, quien fue invitado a un evento deportivo fue acribillado a quemarropa. Una losa deportiva en san juan de Lurigancho que se convirtió en un escenario fatal para este próspero padre de familia.

Al parecer, ahora los criminales aprovechan los campeonatos para atacar por la espalda a sus víctimas, algunas veces por no querer pagar las extorsiones, mientras que otras por rivalidad entre bandas. En lo que va del año se han dado más de cinco asesinatos en canchas de futbol, un nuevo teatro de operaciones, escogido por sicarios para matar sin piedad.

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