Imágenes exclusivas muestran a pareja de la canadiense arrastrando bulto

Las imágenes de las cámaras de seguridad del edificio muestran que Cristopher Franz regresó al departamento con bultos

Cámaras de seguridad desmienten versión del esposo de la desaparecida. Foto: América Noticias

Kimberlee Susanne Kasatkin amaba conocer el mundo. Nació en Victoria, Canadá. En la universidad se interesó por el conocimiento de la medicina alopática y la medicina tradicional china. Su estudio de la llamada biomedicina la llevó hasta África en un programa de intercambio estudiantil de acupuntura.

Kimberlee buscaba a un hombre cosmopolita, que le gustara viajar y que compartiera con ella sus aventuras. Así fue como conoció a Christopher Franz Bettochi, un peruano que estudió medicina en México y que llegó a Canadá para especializarse también en medicina tradicional china.

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Kimberlee y Cristopher, un joven de mundo, se enamoraron de inmediato. Juntos estuvieron en África donde la canadiense quedó embarazada de su primer hijo. La familia Franz Bettochi no aprobaba del todo la relación, pues Cristopher se alejó de casa durante dos años para irse a vivir a Uganda con la muchacha de ojos turquesa. 

Sin embargo, ya en el 2011, Cristopher decidió regresar al Perú y hacer una vida de familia con Kym, quien no hablaba español. Con un segundo hijo en camino, la relación entre ellos ya no era la misma. Amigos cercanos que prefirieron el anonimato comentaron a este programa que Kym y Cristopher vivían un amor tumultuoso y apasionado.  A él lo definen como arrogante. A ella como compasiva y muy ligada a los amigos, una característica que a Cristopher no le agradaba en absoluto.

Las amistades indican incluso que últimamente él se mostraba controlador y que solía enojarse si Kym se veía con alguna persona que no aprobara previamente. Testimonios recogidos por la Policía indican además que esta joven quería regresar a Canadá e irse del Perú con sus dos hijos, de 3 y 6 años, pero que no podía hacerlo pues Cristopher no le daba los permisos legales respectivos. 

Los niños fueron el único hilo que mantuvo unido a esta pareja por lo menos hasta el 27 de noviembre del año pasado cuando Kimberlee Susanne Kasatkin desapareció, aparentemente, sin dejar rastro alguno.  La desaparición de Kimberlee Kasatkin fue reportada a la policía peruana desde Canadá. 

Kathleen, su madrastra, y Alexander Kasatkin, su padre, fueron hasta la policía de Abbotsford para pedir ayuda cuando desde Lima, Christopher Franz Bettochi les comunicó que Kym se había ido de casa abandonándolos a sus hijos y a él. Los padres estaban desesperados pues Kym solía llamar a su hermana todos los días desde el Perú y, de pronto, dejó de hacerlo. 

De pronto, los padres de Kimberlee empezaron a notar demasiada tranquilidad en Christopher Franz Bettochi quien no mostraba mayor preocupación por la madre de sus hijos. Fue entonces que se activaron las sospechas. 

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Kathleen y Alexander Kasatkin manifestaron ante la Policía que Kym y Christopher se peleaban cada dos días, que la relación entre ellos era insostenible y que ella no quería estar con él bajo el mismo techo. Es más narraron que, cuando ambos vivían en África, Christopher intentó ahorcarla.

La policía peruana empezó las investigaciones y dio con una denuncia no por desaparición, sino por abandono de hogar interpuesta por Christopher Franz Bettochi el 27 de noviembre del año pasado. La familia de Kimberlee inició una colecta por redes sociales para obtener dinero y entregar así recompensa a cambio de obtener información sobre ella.

Mientras tanto, recién el 17 de diciembre del año pasado, 20 días después de la desaparición de Kym, Christopher decidió buscarla y fue hasta el distrito de La Victoria para pedirle a David Nostas, conocido como el Buscapersonas, que lo ayudara a difundir su caso.  Aquí la Policía también detectó actitudes sospechosas: Christopher Franz Bettochi no se interesó a carta cabal por los resultados de la búsqueda puesta en marcha por David Nostas.

El 23 de diciembre del año pasado, la Policía interrogó a Christopher Franz Bettochi quien indicó que su pareja se había ido del hogar llevándose ropa, pasaporte, carné de extranjería y tarjetas de crédito. 

Este médico de 39 años de edad que no ejercía su profesión y se dedicaba a la administración de los negocios de su padre narró a los investigadores que el 27 de noviembre por la mañana llevó a sus hijos a casa de su madre y cuando regresó a su domicilio por la noche, Kimberlee Kasatkin ya no estaba. 

La Policía hizo una inspección en el departamento en el que vivían, en la cuadra dos de la calle Grimaldo del Solar, en Miraflores, y encontró que la puerta del baño del cuarto principal tenía una rajadura de quince centímetros aparentemente provocada por el impacto de cuerpo duro. Hasta allí no había evidencia de algún delito.

Sin embargo, la Policía regresó a casa de los Franz- Kasatkin tres días después del primer interrogatorio y encontró que, de repente, Christopher había regalado el colchón donde dormía junto a Kym. ¿Por qué lo hizo? El colchón se lo dio a Violeta Quiroz Cárdenas, la trabajadora del hogar de Mónica Bettochi, madre de Christopher.

Julio Sánchez Miranda, un humilde chofer, esposo de Violeta, fue a la casa de los Franz-Kasatkin a retirar el regalo y se lo llevó hasta su vivienda ubicada en Villa El Salvador.  La Policía sometió el colchón a exámenes forenses y determinó que tenía restos seminales y manchas de sangres.  

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Ante esta evidencia, los investigadores de homicidios pidieron las cámaras de seguridad del edificio donde vivía la pareja Franz-Kasatkin y la mentira se cayó de madura.

Christopher Franz Bettochi dijo que el 27 de noviembre, cuando Kym desapareció, él no estuvo en casa hasta por la noche. 

Sin embargo, en las imágenes de seguridad se aprecia que Christopher salió de su departamento a las 9 de la mañana y regresó a las 11 y 54 horas con una maleta y bolsas plásticas. Luego subió por el ascensor y, a la 1 y 15 horas, bajó arrastrando una bolsa grande, una especie de bulto, con dificultad. Un bulto que, finalmente, él colocó en la maletera de su camioneta. 

Christopher Franz Bettochi no colaboró con la Policía para hacer las pruebas de ADN. No quiso que tomaran muestras de sangre ni de saliva a sus hijos para compararlas con las evidencias encontradas. Los agentes de homicidios realizaron los exámenes con la férula y los cabellos de Kym que fueron hallados en su habitación. Según las investigaciones, lo determinante en este caso fue la prueba genética que se le practicó a Alexander Kasatkin, padre de Kimberlee, quien está en Lima con el alma hecha pedazos.

Christopher pasó así a ser investigado por el presunto delito de feminicidio. El día en que lo capturaron llevaba un voucher de pago de un terreno ubicado en la urbanización Los Portales, en Chilca, un recibo que intentó romper. Hasta hoy, y pese a las evidencias, él niega que haya asesinado a Kimberlee.

Las investigaciones de la Policía y del Ministerio Público han determinado que, de acuerdo a la georeferenciación telefónica, Christopher Franz Bettochi habría estado en esta propiedad de Chilca cuando Kym ya estaba desaparecida.  Es más, en diciembre del año pasado, se plantó aquí hasta palmeras. 

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El último viernes, agentes de homicidios empezaron a cavar con picos en el terreno de Chilca. Usaron hasta retroexcavadora y nada. Christopher Franz Bettochi ni se inmutaba. Conversaba con su abogado totalmente despreocupado.

La Policía llevó muestras encontradas en el terreno de Chilca para ser analizadas. Una de las hipótesis que manejarían es que el cuerpo de Kimberlee habría estado aquí y luego, podría haber sido movido a otro lugar. Es por eso que los perros de búsqueda estuvieron inquietos durante su labor de rastreo. Además la ubicación por celdas del celular de Christopher arroja desplazamientos por varios lugares del sur de Lima. 

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