Gallinazo Desplumado: Cáceres Llica culpó a Pedro Castillo de su detención
Cuarto Poder estuvo en el momento de la captura del presidente regional de Arequipa
Nuevamente un Gobierno Regional manejado desde las sombras por una organización delictiva, esta vez en Arequipa.
La consigna era clara. Mas de 380 policías y 37 fiscales reunidos en una misión secreta y cuidada hasta el último detalle. Fueron por el 'Cóndor' –nombre clave puesto por la fiscalía– y su organización criminal. Más de un año de investigación con escuchas Hasta que los letrados anticorrupción lograron verificar la trama que se ocultaba tras el Gobierno Regional de Arequipa.
La información de inteligencia les permitió apuntar al objetivo principal de la investigación, a la cabeza misma de la red. El Gobernador Elmer Cáceres Llica tenía todo listo para fugar, pues habría sido alertado por uno de sus asesores, ya que el operativo se iba cerrando alrededor suyo y de sus colaboradores más cercanos. Cada minuto empezó a pesar, la policía incluso llegó a temer lo peor, hasta que se decidió intervenir.
Junto al Gobernador, sus incondicionales. Consejeros regionales y funcionarios claves, coludidos para blindarlo y favorecerlo en todos sus caprichos. El control político y económico al servicio de una organización criminal, como ya ocurrió con otras gestiones regionales en nuestra historia política reciente.
Según la fiscalía, Cáceres habría pactado con siete miembros del consejo para evitar ser fiscalizado y, con esos mismos votos, obtener también la aprobación en la mayoría de sus demandas económicas y, de paso,
bloquear cualquier intento de remover a sus funcionarios de confianza.
A cambio de ese apoyo incondicional de los consejeros presuntamente coimeados y hoy detenidos, Cáceres les habría ofrecido entrega de terrenos, adjudicación de obras, puestos de trabajo para sus familiares y allegados en el escalafón del Gobierno Regional de Arequipa, además de obvios beneficios económicos en dinero constante y sonante.
En total 14 detenidos, entre el gobernador, sus consejeros aliados, el gerente ejecutivo de la autoridad Autónoma de MAJES, el gerente general del gobierno regional de Arequipa, el gerente de desarrollo económico del proyecto especial MAJES SIGUAS, el representante del gobernador ante la comisión anticorrupción de Arequipa. Y dos policías miembros de la seguridad Cáceres Llica.
Otro Gobernador regional que termina detenido y enmarrocado bajo acusaciones de corrupción y crimen organizado. Seguramente, ya más sobrio, este gallinazo desplumado no tardará en alegar que se trata de
una “persecución política”, pero los peruanos –y la fiscalía– ya conocen de memoria ese resobado argumento.
