La fortaleza de Pedro Castillo en Cajamarca

La familia del electo presidente mantiene sus costumbres y tradiciones 

Foto: Cuarto Poder

El profesor cajamarquino Pedro Castillo asume la presidencia este 28 de julio en medio de expectativa por parte de la población. 

El presidente del Bicentenario es de origen humilde y su familia mantiene sus costumbres y tradiciones, un modo de vivir más bien bucólico y alejado del ruido de la gran ciudad.

La mamá de Castillo, Mávila Terrones, cuenta que su hijo fue "bien criado" y que siempre fueron gentes trabajadoras y luchadoras. "Mi hijito se ha criado de esto, de su sudor, a él le ha gustado trabajar desde chiquito", dice.

Anguía es uno de los tres distritos más pobres del Perú. Una trocha lleva desde el lugar a Chugur, el caserío donde Castillo y su esposa Lilia Paredes formaron su hogar hace 20 años.

Una casa de dos pisos y amplias habitaciones se enclava en medio de un valle fértil y es resguardada por la imagen de Jehová y propaganda del partido Perú Libre.

La primera dama vive sin opulencia, solo con fotos familiares y lo básico para poder subsistir. Paredes dice sobre Castillo que es una "persona buena" y que es humilde, cariñoso y respetuoso con ella.

Tres son los hijos del matrimonio Castillo Paredes que viven en la misma casa que ya ha tenido una amplia cobertura en las últimas semanas.

Por ahora, Lilia Paredes no trabajaba debido a que no encontró plaza. "Somos muchísimas docentes desocupadas, sobramos profesoras, este año me tocó ser una de ellas", dijo.

La fe en Dios y su arraigada cristiandad marcan el rumbo de su vida.

Una vez convertido en maestro, Pedro Castillo le enseñó a su padre analfabeto a escribir su nombre y luego partió e su casa para liderar la cruzada presidencial.

Su hermana Elvira Castillo también salió en su defensa: "Acá no hay nada de terrorista ni de machista: Pedro Castillo es una persona limpia y lo va a demostrar ante tanta discriminación que le hacen", señaló.

En pocos días, estas personas serán oficialmente la familia presidencial peruana. El tiempo dirá si en los próximos años la casa de Pizarro se convierte en un castillo de naipes o la exacta réplica de su cálido hogar.

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