Chancho al palo y el sabor bandera del norte chico de Lima

Chancay amaneció perfumado con aroma a chancho al palo. Humo, fuego y risas inundaban el estadio Rómulo Shaw. La leña crepitaba y el público esperaba el momento decisivo: el primer corte de un chanchito dorado. En su undécimo aniversario, esta celebración tradicional trasladó su escenario fuera de Huaral, por primera vez, para que el norte chico entero lo saboreara.

Chefs de renombre del norte como Salvador López, Juanito Macedo, Carlos Ramírez, Pedro Ramírez y Pepe Warmi se reunieron en Chancay para demostrar su sazón. Durante el evento, 2,000 platos fueron servidos gratuitamente a poblaciones vulnerables del distrito. Más que un festival gastronómico, fue un acto de identidad regional.

¿Por qué se trasladó el festival a Chancay?

Hasta ahora el chancho al palo se celebraba en Huaral. Esta edición buscó descentralizar y expandir el patrimonio gastronómico del norte chico hacia nuevos territorios. Chancay fue elegido por su crecimiento urbano y su potencial para acoger eventos de este tipo.

Organizadores declararon que Chancay “quiere su feria” y merece tener su versión del festival. Rosa Elena Balcázar, presidenta de Ahora Huaral, comentó que la ciudad portuaria necesitaba un espacio propio para mostrar su cultura y sabor.

¿Cómo se vivió la experiencia gastronómica?

Tras horas de espera frente al fuego lento, el chancho dorado comenzó a desprender ese sonido característico: “crujiente como galleta”, decían los asistentes. Carne jugosa bajo una piel crocante que se deshacía al paladar. Cada pieza fue recibida con aplausos, elogios y por supuesto, hambre contenida.

Mientras tanto, la causa chancayana también ocupó su espacio. Con langostinos al panko en su versión criolla, la causa combinó perfectamente con el plato principal, evocando sabores costeños y celebrando la raíz culinaria del norte chico.

¿Hubo innovaciones y nuevos sabores?

Sí. En esta edición se introdujo el “pollo al palo”, usando la misma técnica del chancho pero con aderezos distintos. Además, los chefs presentaron los chaufa al palo: arroz, chancho y sazón en una sola preparación.

Pero la feria no fue solo chancho. Se presentó gastronomía selvática como juanes, tacachos, cecinas y suris. Además, cerró con broche de oro el ceviche chancayano con ese toque picante indispensable: “Del mar a tu mesa”, como coreaban los visitantes.

¿Qué acompañó al festival?

Familias completas, turistas y locales disfrutaron de espectáculos en vivo: caballos de paso, danzas, leones chinos y concursos infantiles. Touristas aprovecharon el evento para conocer Chancay y algunos incluso empezaron a ver oportunidades inmobiliarias. “Vine por el chanchito, pero me enamoré de Chancay”, comentó un visitante limeño.

¿Qué mensaje dejó este festival?

Esta edición en Chancay no solo celebró un plato emblemático, sino que reforzó la misión de descentralizar la gastronomía peruana. Los organizadores apuntan a que el chancho al palo se consolide como símbolo nacional, que su aroma traspase fronteras y que su sabor cuente historias locales.

Y en cada mordida, queda el recordatorio: comer es también identidad. Chancay lo sabe. Y ahora, quien lo prueba, entiende por qué ese rincón del norte chico no solo se visita… se saborea.

• Festa del chancho al palo se realizó por primera vez en Chancay.
• Chefs del norte chico ofrecieron su mejor sazón.
• 2 000 platos se sirvieron a poblaciones vulnerables.
• Se innovó con pollo al palo y chaufa con chancho.
• También se ofreció gastronomía selvática y ceviche local.
• El evento reafirmó que el chancho al palo es identidad regional.