Caos en Machu Picchu: proponen doble turno para vender entradas

Turistas nacionales y extranjeros llegan a Aguas Calientes con la ilusión de visitar Machu Picchu, pero muchos se van frustrados. No consiguen entradas, deben hacer colas por horas y el proceso de compra es lento y confuso. Esta situación fue revelada en un reportaje de Cuarto Poder, que mostró el desorden diario que afecta a miles de personas.

El alcalde Elvis La Torre, entrevistado por Canal N, confirmó la gravedad del problema y aseguró que se trata de una crisis que viene desde hace años, pero que se ha agravado por la inacción del Gobierno.

¿Qué propone el alcalde para solucionar el problema?

La Torre plantea una solución rápida: ampliar los horarios de atención para vender entradas en dos turnos, de 8 a.m. a 1 p.m. y de 2 p.m. a 7 p.m. Además, propone pasar de dos a cinco ventanillas de atención para evitar colas.

“No se necesita millones de inversión para cambiar algo. Es decisión política y voluntad para mejorar Machu Picchu”, declaró.

¿Quién tiene la responsabilidad de este caos?

El alcalde responsabiliza directamente al Ministerio de Cultura. Según explicó, la venta de entradas y el aforo del sitio arqueológico están bajo su control, y a pesar de las advertencias y propuestas, no se han tomado medidas. “Lo que falta es voluntad, no personal ni infraestructura”, enfatizó.

También mencionó que existe un local de 700 metros cuadrados en Aguas Calientes que podría usarse para mejorar el servicio, pero está desaprovechado.

¿Por qué se generan tantas colas?

Actualmente solo hay dos ventanillas habilitadas, y el proceso requiere hacer dos colas: una para obtener un cupo y otra para pagar. Además, se exige pago exacto en efectivo, lo que complica aún más la experiencia para los visitantes.

La Torre señala que esta organización deficiente genera una “doble frustración” en quienes llegan hasta el lugar y no logran ingresar.

¿Qué otras soluciones se han propuesto?

Desde la municipalidad se ha planteado modernizar el sistema con pantallas interactivas que permitan comprar entradas sin hacer cola. Estas máquinas serían similares a las que usa Migraciones, y podrían adquirirse con los propios ingresos generados por Machu Picchu.

“No se trata de presupuesto. Se trata de querer hacer las cosas bien. La tecnología está al alcance, solo falta que el ministerio actúe”, afirmó.

¿Por qué hay límite de visitantes ahora?

Desde que reabrió Machu Picchu tras la pandemia en 2021, se impuso un límite diario de visitantes para evitar aglomeraciones. Pero este aforo reducido ha generado problemas, sobre todo para quienes llegan sin boleto y se enteran que ya no hay cupo hasta varios días después.

El alcalde alerta que “si seguimos así, más turistas se irán sin conocer Machu Picchu, y eso daña nuestra imagen como destino turístico”.

¿Hay infraestructura suficiente para mejorar la atención?

Sí. La Torre asegura que existe una sede de 700 m² de Cultura en Machu Picchu Pueblo, que podría usarse para dar mejor atención a los turistas. Sin embargo, sigue sin aprovecharse. “Ahí podríamos resolver gran parte del problema, pero no lo hacen”, advirtió.

¿Se ha detectado corrupción en la venta de boletos?

Sí. El alcalde confirmó que existen investigaciones por manipulación de boletos y fechas, presuntamente cometidas por agentes del Ministerio de Cultura. Aunque algunos casos vienen de años atrás, todavía están en investigación por la Fiscalía.

“En su momento hemos denunciado estos actos. Esperamos que el sistema judicial actúe pronto”, dijo.

¿Qué pasa con la Unidad de Gestión de Machu Picchu?

La Torre reveló que el 30 de junio debía presentarse un protocolo de venta presencial en la reunión de la Unidad de Gestión de Machu Picchu (UGM), donde participa junto a tres ministros. Sin embargo, el Ministerio de Cultura no lo presentó a tiempo y pidió una prórroga hasta el 10 de julio.

“Estamos en temporada alta y seguimos sin soluciones. Eso muestra que no hay voluntad”, lamentó.

¿Se debe declarar Machu Picchu en emergencia?

Aunque algunos gremios turísticos han pedido una declaratoria de emergencia, La Torre no está de acuerdo. Considera que sería una decisión apresurada y que la solución está en una buena gestión, no en medidas extremas.

“Respetamos las opiniones, pero el problema se resuelve con organización y decisión política”, concluyó.