El Bajadón: La salida de Guido Bellido de la PCM y los nuevos ingresos al gabinete

Ni el discurso de Castillo, ni la presencia de Barranzuela en el Vraem debería extrañar. El hombre que los une es Guillermo Bermejo

Eran las 9:25 de la mañana del miércoles y nadie entendía qué pasaba en Palacio de Gobierno. Foto: Cuarto Poder

Eran las 9:25 de la mañana del miércoles y nadie entendía qué pasaba en Palacio de Gobierno. Y esos temas pendientes involucraban solo a dos personas: Guido Bellido y Pedro Castillo. El postergado enfrentamiento había empezado. 

Bellido escuchó el mensaje en su Lexus negro, asignado a su ya ex cargo como Premier, y no dudó en huir contra en contra, con tal de evitar a la prensa.

Castillo anunciaba, asimismo, la juramentación de un contingente de nuevos ministros esa misma noche. Cuando Bellido regresó a Palacio, el Mensaje a la Nación todavía continuaba.

Vladimir Cerrón tuiteaba furibundo y sus correligionarios compartían el llamado a una protesta en la Plaza San Martín, v donde no llegó nadie. 

El nuevo Gabinete dejaba algo claro: la famosa “caviarización”, que tanto temía Cerrón, parecía haberse desencadenado cual plaga. Pero su poder y el de sus allegados aún estaba ahí. Cuando apareció con el fajín ya puesto Luis Roberto Barranzuela Vite, los periodistas entendieron la sonrisa de Bellido.

Desde enero es socio del estudio Noblecilla Olaechea, Barranzuela y León. Con ellos asumió la defensa de Perú Libre ante la Fiscalía por la acusación de lavado de activos. Así defendía a sus clientes el primero de septiembre en el Congreso.

En ese mismo caso defendió al tridente fuerte del lápiz: Guillermo Bermejo, Guido Bellido y Vladimir Cerrón. Pero con Bermejo tiene mucho más que un acercamiento profesional. 

El 2 de octubre, cuando Barranzuela ni se imaginaba que podría ser ministro de algo, estuvo presente y muy activo en el XII congreso nacional de las cuencas cocaleras, en Cusco. El flamante ministro apoya a gremios que buscan la legalización del cultivo de hoja de coca y la erradicación de lo que ellos llaman “controles abusivos”. Barranzuela azuzaba a los cocaleros unos días antes que Castillo llegara a la zona. 

Barranzuela mencionó más de una vez a DEVIDA, la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas, y siempre con la misma intención. 

Lo curioso es que, al día siguiente, Castillo fue en la misma línea del discurso que Barrenzuela propagaba en plazas.  

Ni el discurso de Castillo, ni la presencia de Barranzuela en el Vraem debería extrañar. El hombre que los une es Guillermo Bermejo, asiduo visitante de la zona y el mismo que presentó a Castillo ante los cocaleros durante la campaña. 

Aunque la dada de baja al premier expropiador lo haya devuelto al llano, donde –según tuiteó después de ser expectorado– él pertenece y se mueve más a gusto. Pero vaya que las alturas del poder lo asorocharon ¿Sí o no Puka?   

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