Asesinan a presunto integrante de la banda "Los Injertos de Caracortada”

El último 7 de junio, la minivan de Rubén Rospigliosi fue blanco de un ataque

Las autoridades presumen que el crimen tendría vinculación con la muerte de Luigui Marín. Foto: América Noticias

Rubén Rospigliosi, vinculado a la banda "Los Injertos de Caracortada”, sabía que su vida corría peligro. Hace un año, fue capturado junto a Eduardo Moreno, conocido como Caracortada, quien, según la Fiscalía, es el líder de un grupo delincuencial dedicado a la extorsión en obras de construcción civil, cobro de cupos a choferes de colectivos en el Callao y tráfico ilícito de drogas.

Durante el proceso, el Poder Judicial del Callao, dictó 18 meses de prisión preventiva contra Caracortada, pero Rubén Rospigliosi salió en libertad con comparecencia restringida y una vez en la calle empezó su pesadilla.

El último 7 de junio, la minivan de Rubén Rospigliosi fue el blanco de un ataque. A su vehículo le rociaron gasolina y, luego, le prendieron fuego. En aquella oportunidad, Rospigliosi salió ileso.

Pero la muerte lo tenía fichado. El pasado 22 de julio, misteriosamente, Rubén Rospigliosi fue asesinado de 14 balazos cerca de su casa en La Perla, Callao; sobre él pesaban denuncias por extorsión.

Las autoridades presumen que el crimen tendría vinculación con la muerte de Luigui Marín Sacio, el lugarteniente de "Los Injertos de Caracortada". Él, al igual que Rubén Rospigliosi, también fue capturado junto Eduardo Moreno, líder de la banda.

Lo increíble del caso es que a Luigui Marín Sacio le dictaron 18 meses de prisión preventiva y nadie sabe cómo salió de prisión el 1 de mayo último. Lo cierto es que, el 26 de julio, el brazo derecho de Caracortada fue asesinado de cinco disparos en San Martín de Porres.

Así como Rubén Rospigliosi, Luigui Marín Sacio también denunció ante la Fiscalía que recibía amenazas de muerte. "Ya sabemos quién es el soplón. En la calle nos vemos las caras y ya sabemos quién es el informante Tito", le dijeron.

¿Qué habría detrás de estos dos crímenes?, ¿Se trataría, acaso, de una venganza o pugnas por el control del cobro de cupos a los choferes de colectivos en el Callao? Las autoridades aún tienen muchos cabos sueltos por atar.

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