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Dr Vet narra el momento más difícil que vive un veterinario

	Pancho Cavero confesó la carga emocional de un veterinario

Pancho Cavero confesó la carga emocional de un veterinario

Pancho Cavero escribió una conmovedora reflexión que narra los duros momentos que vive en su carrera como veterinario.

"De héroes a villanos"

La Medicina Veterinaria es sin lugar a dudas una de las carreras más hermosas y cargada de emociones que pueda existir. Es difícil de describir la gran satisfacción que nos hace sentir el poder salvar las vidas de seres tan inocentes y amados; aquellos integrantes de 4 patas, que terminan siendo parte de nuestras familia. Son en esos momentos, que nos sentimos más orgullosos que nunca de haber decidido estudiar esta carrera y de poder contribuir, de alguna manera, con la felicidad de muchas familias y que, a veces, incluso nos llegan a considerar como los héroes que salvaron el día.

Pero no siempre es así. Lamentablemente los veterinarios no podemos librar airosas todas las batallas, a pesar que cada una la enfrentamos con un verdadero compromiso con el paciente y la peleamos hasta el final. Somos veterinarios y nos han entrenado para lidiar con la pérdida de un paciente, sin embargo ¿quién entrena a la familia para una situación así? Y por más que nos esforcemos nuestras mascotas, al igual que nosotros, tienen un ciclo de vida que a todos nos gustaría que fuera eterno. Son en estos momentos, que los médicos dejamos de ser héroes para convertirnos en los villanos porque no pudimos hacer más para salvar a los pequeños de la casa.

En la búsqueda del culpable, a veces se suman personas cargadas de ira, odio irracional y que convierten el pesar de la familia, en una cacería de brujas inexplicable contra el veterinario. 

Pocos son conocen la carga emocional que llevamos los veterinarios por dentro. Nosotros tratamos y cuidamos 5, 8 u 12 pacientes a la vez y nos involucramos en cada caso como si fueran nuestras mascotas. Imaginen la pesada carga que debemos sobrellevar si uno fallece, tener que hablar con la familia y seguir adelante con esas emociones llevadas en el pecho para atender al resto de pacientes que nos necesitan. No es fácil y menos aún, si existe una campaña de odio donde exigen “tu cabeza colgada en la plaza central”.

Los veterinarios también somos personas, tenemos derecho a enojarnos, a llorar, a reír. Somos humanos y tenemos que aprender a guardar esas emociones, para poder enfocarnos en seguir salvando vidas. Pero no es fácil.

A los que más les cuesta manejar este nivel de carga emocional es a los jóvenes, un ejemplo de esto es la Dra. Jian Zhicheng, una joven veterinaria que fue contratada por el estado de Taiwán como directora de un Refugio del Estado. Según sus amigos, era una persona muy generosa y amante de los animales, que pensaba que al trabajar en un refugio, haría mucho bien a los animales abandonados. Sin embargo la realidad fue otra, ya que por políticas del refugio, debía sacrificar a los perritos que no fueran dados en adopción. Ella no pudo sobrellevar la carga emocional de tener que poner a dormir a cerca de 1400 perros y para empeorar la situación, debía contar su rutina diaria en un programa de televisión, exponiéndola a una despiadada campaña de lapidación donde la calificaban de asesina, psicópata y carnicera. Lamentablemente, se suicidó.

En este caso y tal como sucede a diario en las redes sociales, las personas opinan de forma anónima sobre temas que no conocen a profundidad. En este caso de la joven taiwanesa, nadie sabía que ella rompía las reglas para tratar de dar en adopción a la mayor cantidad de perros posibles y que se amanecía posteando las fotos de ellos para evitar su muerte. Tampoco sabían que no podía renunciar, porque si lo hacía, perdería su licencia de veterinaria. No es justo que se dañe a una persona si no se conoce toda la historia y lamentablemente en las redes sociales hay campañas de lapidación a diario donde el anonimato es cómplice. 

Soy Veterinario Bienestarista, porque busco el bienestar de mi paciente y de su familia. Qué mundo perfecto sería, si los Veterinarios y la comunidad trabajáramos de la mano para ayudar a más. La desunión nos hace débiles y los únicos perjudicados son nuestros hijos de 4 patas pues como en cualquier matrimonio donde la relación es tensa y muchas veces irreparable los que más sufren son nuestros hijos.

Termino invocando a la unidad entre veterinarios y la comunidad para poder sumar en vez de restar y poder mejorar la vida de muchos.

Pancho Cavero

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