Video: Cuarto Poder
Fue quien desde adentro de la mafia denunció la existencia de chuponeo y una presunta red de espionaje municipal en el Callao y vivía amenazado por lo que sabía…hasta que las balas lo alcanzaron.
El último miércoles, el auto de Wilbur Castillo Sánchez fue acribillado con 25 balazos, 14 balas perforaron su cuerpo directamente. La muerte le respiraba en la nuca. Él sabía desde hacía mucho tiempo que su cabeza tenía un alto precio en el mundo del hampa chalaco.
El miércoles por la mañana, Wilbur Castillo Sánchez salió a dejar a su hija al colegio cuando, de regreso a casa, empezó una persecución, a punta de balas, por la avenida El Sol, en La Perla, Callao.
Un video de seguridad muestra a un auto, con lunas polarizadas, que iba detrás de la minivan azul que manejaba Wilbur Castillo Sánchez. Él trató de esquivarlos. Al parecer ya estaba herido. Perdió el control de su vehículo. Se chocó contra un taxi y, luego, contra un poste.
De inmediato, los sicarios bajaron de su auto para rematarlo y, en cuestión de segundos, fugaron de la escena.
En este reportaje Sofía Prieto, viuda de Wilbur Castillo, de 24 años de edad, habla en exclusiva para Cuarto Poder sobre cómo fueron las últimas semanas de vida de su esposo llenas de tensión y amenazas de muerte.
En la década de los años noventa, Wilbur Castillo Sánchez integró la banda “Los Injertos del Fundo Oquendo”. Pisó la cárcel unas cinco veces. Tras salir de prisión, ya “plantado” como él decía, trabajó en las brigadas de seguridad de la región Callao y empezó a hacerse más conocido.
“El Feroz”, como le decían sus amigos, vivía amenazado de muerte y tenía enemigos varios en el Callao.
En el 2008, Wilbur era perseguido por la banda “Los Nole”, cuyos cabecillas lo acusaban directamente de haber colaborado con la Policía para dar con sus integrantes y desbaratar, así, las organizaciones dedicadas a extorsionar a empresas inmobiliarias en el primer puerto.
En el 2012, apareció en Cuarto Poder con una delicada denuncia sobre supuestas interceptaciones telefónicas que habrían sido manejadas por el alcalde del Callao, Juan Sotomayor, y dos de sus hombres fuertes: Ernesto Torres y el ex futbolista Roberto Martínez.
Tras la denuncia, en el Congreso de la República le prometieron seguridad, pero nunca llegó. Wilbur Castillo Sánchez, sin protección, estaba al borde de la neurosis, desconfiando hasta de su propia sombra.
En el 2013, la policía detuvo nuevamente a Wilbur Castillo por los presuntos delitos de secuestro con fines de extorsión, homicidio en grado de tentativa con arma de fuego, resistencia a la autoridad y violencia en agravio de tres personas. Fue recluido en el penal de máxima seguridad Piedras Gordas.
Salió de la cárcel en enero del 2014 y desde entonces llevaba una vida a salto de mata con 13 atentados contra su vida.
Según su familia, desde el penal Sarita Colonia le avisaron a Wilbur que un reo se iba a fugar del hospital Daniel Alcides Carrión. Este hecho de concretó la segunda semana de noviembre. Quien se escapó fue Bhel Santillán Ríos, alias Servando, con ayuda de otros delincuentes.
La Policía también baraja la hipótesis de que Wilbur Castillo habría sido asesinado en venganza por la captura de Luis Donaire Flores, alias “Pato Ciego”, a quien se le acusa de reclutar jóvenes sicarios en varios distritos de Lima quienes, luego, asesinarían por encargo de bandas que operan en zona chalaca.
¿Quién realmente mató a Wilbur Castillo? Enemigos tenía en cada rincón del Callao.