Lima, la ciudad araña

Basta levantar los ojos al cielo o para muchos, abrir sus ventanas. Vivimos atrapados en una auténtica maraña de cables que no solo afea la ciudad sino que también resulta un peligro inminente. A vista de las autoridades y sin que nadie detenga esta invasión, esta espantosa tela de araña nos envuelve y aprieta cada día más.

Es como si en Lima habitara el hombre araña y que este superhéroe dejara en cada esquina las huellas de su paso. Uno mira hacia arriba, o de frente y se encuentra con ellas. 

Las espantosas marañas de cables de telefonía, que parecen crecer cada día, han invadido nuestra ciudad, nuestras paredes, nuestros techos, nuestros árboles, nuestro ornato.

Según Osiptel, son más de 470 empresas operadoras de cable en todo el país y más de 3 millones de hogares los que se benefician con ello; sin embargo este progreso tiene un lado oscuro, un impacto ambiental que atenta no solo contra el ornato y la seguridad sino también contra la propiedad privada.

Resulta inaceptable que nuestras autoridades no tomen cartas en el asunto, ni Osiptel, ni los municipios defienden la dignidad de nuestro ornato ni la prevención en seguridad.

Llamamos y cursamos correos electrónicos a las principales empresas del rubro como Telefónica del Perú y Claro, pero sin éxito.

Una persona del área de comunicaciones de Telefónica, responsable de cerca del 40% de este mercado adujo que no tenían voceros, así como lo oye. Solo nos enviaron comunicados.

Fue el gerente de fiscalización de la Municipalidad de Lima quien dio en el key del asunto para comprender por qué las autoridades municipales, ni el reglamento nacional de edificaciones  no pueden hacer nada frente a la invasión del cableado aéreo.

Un decreto legislativo, el 1014 vigente desde el 2007 es el enemigo.

Más claro, imposible. Ningún representante de alguna empresa del sector nos quiso dar una entrevista, ni siquiera Osiptel quiso declararnos.

Ya es hora de que nuestros congresistas, en vez de pelearse tanto, hagan algo concreto por nuestra ciudad, que tomen cartas en el asunto, modifiquen el decreto legislativo que permite esta impunidad y que el acalde de Lima encabece una campaña de limpieza. Para eso los elegimos, ¿o no?

 

Etiquetas:OsiptelEmpresas

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