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La legendaria saga del Depredador regresa más potente que nunca con Predator: Badlands, una nueva entrega que apuesta por el riesgo narrativo y visual. Dirigida por Dan Trachtenberg, responsable del éxito Predator: La Presa, esta secuela traslada la acción a un planeta remoto y árido donde un joven depredador, Dek, desterrado de su clan, se enfrenta a una amenaza letal con una inesperada compañera: Thia, una androide interpretada por Elle Fanning.
El primer tráiler dejó a los fans con la mandíbula en el suelo. Vemos a Dek cuestionar las normas de su especie mientras forja una alianza única con Thia, en medio de una misión casi suicida. Lo interesante es que esta vez el foco narrativo recae completamente en el Depredador, permitiéndonos conocer su lado más emocional y vulnerable. La estética del filme combina paisajes desérticos, criaturas alienígenas y una ambientación de ciencia ficción que recuerda a los grandes clásicos del género.
Uno de los aspectos más intrigantes es la posibilidad de que Thia sea un androide del universo de Alien, con pistas visuales como sus ojos artificiales y posible sangre blanca, abriendo la puerta a futuras conexiones entre ambas franquicias. Esta teoría ha encendido las redes, generando especulación sobre un nuevo cruce Alien vs Predator, pero con una narrativa renovada y más íntima.



