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Efectivamente, el actor de The Walking Dead, Norman Reedus, agradece al dios Baco por haberlo llevado de la manito a una fiesta junto a un amigo, lugar en el que consumió bastante alcohol y en plena borrachera, llamó la atención de una persona del mundo del teatro quien lo invitó a participar en una obra:
"Fui a una fiesta. Trabajaba en una tienda de motocicletas en Los Ángeles, me involucré en una pelea (con el jefe) y me despidieron. Y luego un amigo mío me llevó a una fiesta esa noche y tomé demasiado y le empecé a gritar a un grupo de personas y luego alguien se me acercó y me pidió que esté en una obra. (...) Me dijo que sería el suplente así que pensé que no iba a hacer nada, y tuve que salir la primera noche porque el actor no se presentó y estaba aterrorizado, no sabía lo que estaba haciendo, pero una mujer de la audiencia - que está involucrada en los castings - me tomó en cuenta, no me fichó exactamente pero me me mandaba a trabajos y así conseguí algunas cosas y seguí...".
¡Vaya manera de empezar la carrera!



