En el 2014, varias comprometedoras fotos de celebridades inundaron la web. Una de las más afectadas fue Jennifer Lawrence, quien hizo hincapié en que no se trataba de un mero escándalo ni una simple filtración de imágenes:
"No es un escándalo. Es un crimen sexual. Es una violación sexual. Es desagradable".
Efectivamente, es un crimen pero uno bastante difícil de rastrear. Sin embargo, a 18 meses de la filtración de las imágenes ya hay un nombre identificado y ese es el de Ryan Collins. Este hombre de 36 años se ha declarado culpable de los crímenes y enfrenta dos cargos: uno por hackeo cibernético y otro por acceder sin autorización a una computadora protegida para obtener información.
"Estaba muy asustada. No sabía cómo iba a afectar mi carrera. El hecho de que sea una figura pública y una actriz no quiere decir que haya pedido que pasara todo esto. Es mi cuerpo y tendría que ser mi decisión, y el hecho de que no lo haya sido es absolutamente repugnante. No puedo creer que vivamos en un mundo como este" – comentó Jennifer.
Variety confirma que Collins, un residente de Pennsylvannia, ha firmado un acuerdo con la oficina del fiscal de Los Ángeles el día martes de esta semana, pues ha cooperado con las investigaciones, reduciendo así su pena de 5 años a solo 18 meses.
De acuerdo a los oficiales norteamericanos, Collins tuvo acceso a la data personal de sus víctimas a través de la modalidad de 'phishing', pues entre noviembre del 2012 y setiembre del 2014 envió correos "que parecían ser de Apple o Google preguntando sus respectivos usuarios y contraseñas". Una vez que tenía acceso a sus cuentas, el criminal bajaba el contenido completo de sus cuentas de Apple iCloud.
El daño ya está hecho y la policía alienta a que se tenga muchísimo cuidado con los correos que uno recibe, pues podría estar dando acceso a personas sin escrúpulos a información privada. Guerra avisada.