El discurso de aceptación de Joaquin Phoenix en los Oscars que ahora más que nunca resuena con fuerza

Aunque puede parecer que fue hace toda una vida, han pasado solo dos meses desde que Joaquín Phoenix aceptó su Oscar por su increíble actuación en "Joker", con un discurso sobre el veganismo y lo que el humano le está haciendo a la naturaleza, que tenía a muchos en la audiencia incómodos y sin saber qué hacer. ¿Por qué este actor tan famoso y aclamado interrumpía la ceremonia más ‘glamorosa’ e importante del cine para hablar, sin ningún reparo, sobre la agonía de los animales?

“Creo que nos hemos desconectado mucho del mundo natural y muchos de nosotros, de lo que somos culpables, es una cosmovisión egocéntrica, la creencia de que somos el centro del universo. Entramos en el mundo natural y lo saqueamos por sus recursos. Nos sentimos con derecho a inseminar artificialmente a una vaca y cuando ella da a luz le robamos a su bebé a pesar de que sus gritos de angustia son inconfundibles.”

Phoenix prosiguió:

“Y luego tomamos la leche que está destinada a su ternero y la ponemos en nuestro café y nuestro cereal. Y creo que tememos la idea del cambio personal porque creemos que tenemos que sacrificar algo, renunciar a algo. Pero los seres humanos en nuestro mejor momento somos tan creativos e ingeniosos, y creo que cuando usamos el amor y la compasión como nuestros principios rectores, podemos crear, desarrollar e implementar sistemas de cambio que sean beneficiosos para todos los seres sintientes y para el medio ambiente”

Por supuesto, fue un discurso de aceptación ‘extraño’ para muchas de las celebridades más reconocidas de Hollywood. Pero nadie quería pensar demasiado en una posible causa de esta ‘rareza: la pura frustración con nuestra negativa a reconocer el sufrimiento que estamos infligiendo colectivamente.

Poniendo en perspectiva nuestra situación actual, los científicos tienen claro que el COVID-19 se trata de una enfermedad que proviene de los animales y está en debate si este nuevo coronavirus se lanzó en un mercado en Wuhan, China; la venta y el sacrificio de animales exóticos pueden haber proporcionado un vínculo entre los murciélagos, la fuente sospechosa del virus y las células que recubren nuestras vías respiratorias.

Cualquiera sea la ruta de transmisión inicial, parece probable que nuestra relación depredadora con el mundo natural haya jugado un papel importante. Por más increíble que parezca, ni si quiera el calentamiento global, los incendios forestales ni el aumento del nivel del mar nos han podido remecer de nuestras conductas suicidas; una pandemia ha tenido que hacerlo. Ahora que el mundo esta en cuarentena, tal vez sea tiempo para reflexionar sobre nuestra interacción con la naturaleza, y ser más empáticos con ella y “todos los seres vivientes” como diría Phoenix.

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