Cines en Rusia piratean películas para sobrevivir a la sequía de estrenos

Por increíble que parezca, los cines en Rusia han tenido que recurrir a las descargas ilegales y no son sancionados por ello.

Si la crisis de la COVID-19 ya había pegado duro a la industria del entretenimiento y puntualmente a la de los cines, la guerra entre Rusia y Ucrania no ha mejorado en absoluto el panorama por aquellos lares. Y si bien en Ucrania todo anda mucho más caótico y destruido que en Rusia, el país de Vladimir Putin ha sido aislado y sancionado de muchas maneras, con los grandes estudios cinematográficos dándole la espalda como lo han hecho otras compañías como Netflix, Google, Apple o Meta.

Y ante la sequía de estrenos debido al boicot de la industria del cine, los cines han tenido que tomar medidas desesperadas. En un comunicado publicado recientemente, la Asociación de Propietarios de Cines en Rusia, organismo que representa a 700 salas y 2600 pantallas habían comentado que el boicot de Hollywood afectaba seriamente el rubro, el cual no podía sostenerse únicamente con productos nacionales:

“Desgraciadamente, la cantidad y la calidad de las películas rusas que se estrenan al público no satisfacen toda la demanda de contenidos de los cines”, además de explicar que se esperaba un recorte en el 80% de sus ingresos.

¿Qué hacer entonces para sobrevivir si las grandes distribuidoras de títulos internacionales no quieren operar en Rusia? Pues la piratería habría salido al rescate. De esta manera, algunos cines han optado por descargarse ilegalmente algunos títulos como ‘The Batman’ o ‘No Miren Arriba’ para vender entradas a 7 euros (500 rublos) reproduciéndolos en sus salas.

El accionar ha sido condenado incluso por la asociación citada líneas arriba aunque están al tanto que aquellos casos “han sido provocados por pánico en la industria”. Si a ello le sumamos que Rusia ha eliminado las penas por infringir el copyright… lucrar con piratería se ha hecho posible.

“Hace dos meses esto hubiera sido imposible. Ahora puedes descargar una película usando torrents, vender entradas ¿y qué pasa? No hay consecuencias” – dijo Habbilen Halychev, director de cine que organizó uno de estos estrenos clandestinos. Sus palabras fueron recogidas por The New York Times.

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