Valeria Piazza y su efusiva celebración tras ganar a Ethel Pozo

Valeria Piazza y Ethel Pozo se enfrentaron en un reto de "Versus de generaciones" donde las conductoras tenían que adivinar en un determinado tiempo los objetos, personajes y programas que identifican los años 80, 90 y 2000. La modelo demostró que ella tiene muy buena memoria para recordar su generación y ganó a la hija de Gisela Valcárcel.

La Chola Chabuca fue la jurado invitada y dio como ganadora a Valeria, quien no dudó en celebrar su triunfo frente a Ethel y todos sus compañeros del magazine. "Gracias, gracias. ¿Mi premio? ¿Dónde está mi premio?", comentó Valeria entre risas y los aplausos de Edson Dávila, Janet Barboza y Leysi Suárez.

Valeria Piazza descubrió que es familiar Milett Figueroa

Doña Martha Valcárcel, mamá de Milett Figueroa dejó sin palabras a Valeria Piazza al revelar que ambas son casi familia al contar que las une un apellido y esto la convierte prácticamente en su sobrina. "Eres como mi familia. ¿Ackerman? Ellos son mis hermanos, así que hijita linda la sangre llama a la sangre. Yo contra ti no tengo nada", dijo Martha.

La presentadora aseguró que ella si es familia de los Ackerman y no dudó en emocionarse al gritar que si es su tía. "Sí, claro. Es mi tía. Todos somos familia ahora", señaló Piazza. Valeria aclaró minutos después que tiene familia Ackerman pese a no llevar el apellido y reveló que tiene descendencia italiana y cajamarquina.

¿Ethel Pozo rechazó “millonaria” oferta para transmitir su boda?

La boda entre Ethel Pozo y Julián Alexander fue un evento marcado por la intimidad y la decisión firme de mantenerlo alejado de las cámaras. A pesar del interés mediático y las ofertas para transmitir la ceremonia, la pareja eligió vivir este momento en privado. Edson Dávila hizo la pregunta y Ethel confirmó que le ofrecieron de todo por transmitir su boda, cabe mencionar que su madre, Gisela Valcárcel sí transmitió su boda en 1995 y fue televisado con más de 70 puntos de rating.

Pese al legado de su madre, Ethel confirmó que ella rechazó las jugosas ofertas: “Me ofrecieron todo, hermano (...) Yo invité a 200 personas, 180, gente NN del colegio, de la vida, y solo 20 personas públicas. O sea, nunca han visto mi ceremonia ni han visto nada”. En tiempos donde todo se comparte en redes, Ethel y Julián apostaron por la privacidad. Su decisión refleja que, incluso en la era digital, hay celebridades que priorizan lo auténtico y lo íntimo.