Lo que comenzó como una misión secreta terminó removiendo sentimientos que Cristóbal (Franco Pennano) pensaba haber dejado atrás.
En el último episodio de Al fondo hay sitio, Antonia (Attilia Boschetti) le pidió a su nieto espiar a los Gonzáles y grabar la vida de Francesca (Yvonne Frayssinet) en su nueva casa.
Pero mientras Cris tomaba imágenes, su cámara se desvió hacia July (Guadalupe Farfán), quien reía en medio de un almuerzo familiar. En ese instante, Cristóbal volvió a ilusionarse sin querer, y aunque decidió no decir nada, pidió no volver a esa casa, temiendo caer nuevamente en un amor imposible.
Antonia, decidida a seguir saboteando a Francesca, le encargó a Cristóbal una tarea muy clara: espiar y grabar a la “Noni” en su nueva vida con los Gonzáles.
Él, aunque dudoso, aceptó la misión y se acercó con su cámara en mano para cumplir con el pedido de su abuela.
Desde una ventana logró captar algunas imágenes de Francesca en pleno almuerzo. Pero algo le distrajo completamente: el ambiente familiar y la calidez de la mesa, muy distinta a la frialdad que conocía. Y en medio de todo, una sonrisa volvió a iluminarle el corazón: la de July.
Mientras grababa, Cristóbal se quedó observando a July. La vio reír con ternura, compartir con su familia y moverse con esa frescura que siempre lo había cautivado.
Sin darse cuenta, su cámara dejó de apuntar a Francesca y comenzó a grabar, hipnotizado, a la joven que alguna vez amó.
La nostalgia lo invadió. Aquellos momentos vividos con ella regresaron como un golpe suave pero contundente al corazón.
No dijo ni una palabra, pero sus ojos lo dijeron todo. El sentimiento, aunque oculto, había vuelto a despertar.