¿Por qué a una persona no le gusta que la abracen o le den cariño?

El rechazo al contacto físico o muestras de cariño tiene diversas causas que pueden venir desde la crianza infantil hasta traumas. Estos son los factores más comunes

¿Qué factores influyen para que a persona no le guste el contacto físico?
¿Qué factores influyen para que a persona no le guste el contacto físico?

El ser humano está diseñado para socializar y comunicarse con otros, y una de las formas de mostrar afecto o apoyo es a través del gesto de un abrazo. Sin embargo, el contacto físico o las muestras de cariño pueden causar desagrado a algunas personas y existen ciertas explicaciones. 

¿Por qué me molesta que me abracen?

A pesar de ser llamadas personas frías en sus relaciones interpersonales, pueden existir diversas razones para que alguien no les gusten abrazos, besos o el contacto físico. De manera general, una de ellas se explica en la dinámica familiar y la cultura.

“Incide la socialización familiar, hay familias donde la afectividad no se expresa corporalmente con extraños. Hay culturas donde el contacto corporal no solicitado expresamente es considerado grosero”, señala Carola Pizarro, profesora de Filosofía.

Otra razón se puede encontrar en el desarrollo de la personalidad influida por el contexto familiar y la crianza desde la infancia

Desde la falta de atención y afecto por parte de familiares, ausencia de padres, el amor dado de manera condicional o la presión de tener que dar afecto pudo haber creado cierto apego evitativo en la actualidad. 

“El apego es un vínculo emocional que se desarrolla entre dos personas, generalmente entre un niño y su cuidador principal (por lo general, la madre o el padre), e influye en la forma en que las personas se relacionan y se sienten seguras en las relaciones íntimas a lo largo de su vida”, explican en el blog del Instituto Carl Rogers, especializado en psicología.

El apego, además del evitativo, se divide en otros tipos como el apego seguro, apego ansioso o ambivalente y apego desorganizado.

La crianza desde la infancia es uno de los factores que influyen en la relaciones interpersonales.
La crianza desde la infancia es uno de los factores que influyen en la relaciones interpersonales.

En el caso de las personas con apego evitativo, estas se describen como aquellas que evitan tener intimidad emocional. A menudo se sienten incómodas con la idea de depender de alguien y pueden tener dificultades para establecer y mantener relaciones cercanas. 

“Pueden ser reservadas o distantes en sus relaciones íntimas o incluso sentirse amenazadas por las demostraciones de afecto o compromiso por parte de sus parejas. En su infancia han experimentado cuidadores distantes o rechazantes en su infancia”, señalan los especialistas del instituto. 

Por otro lado, un motivo también conocido a nivel psicológico ante el desagrado de abrazos y contacto físico en general, es a raíz de un diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista (TEA) en una persona.

En muchos casos, un patrón del autismo es que el estímulo de contacto corporal pueda resultar invasivo e incluso doloroso para estas personas, más aún si no es consentido o premeditado. 

“Tengo el tacto muy sensible y que me toquen la frente, sien, hombros y brazos me da disgusto. Los abrazos y besos sólo me gustan si son de gente que quiero, y si me lo dice antes ("un abrazo, un beso") y en caso contrario si quieren un abrazo o beso míos que me lo digan ("¿Me das un abrazo?" "¿Me das un beso?")”, cuenta Ana Gema, una persona autista, en el portal Quora. 

Finalmente, también pueden existir fobias, como la llamada hafefobia que es un miedo al contacto físico, ya sea de tocar o de ser tocado y este puede presentar síntomas, desde un extremo cuidado del espacio personal hasta la aceleración del ritmo cardiaco y respiración, pánico, sudoración y otros. 

Ya sea por una vivencia traumática, este tipo de condiciones necesitan tratamiento bajo terapias psicológicas y ayuda especializada en este tipo de trastornos.

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