Francisco: "La Iglesia debe recibir a todos sin excluir a nadie"

El papa quiere que temas como la homosexualidad y la acogida a los divorciados vuelvan a ser debatidos en el 2015.

Foto: el_telegrafo
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El papa Francisco clausuró hoy con una misa en la plaza de San Pedro el Sínodo extraordinario de los obispos sobre la familia en el que se tocó asuntos como la homosexualidad y el divorcio.

El Sumo Pontífice destacó que fue "una gran experiencia" de unión, al mismo tiempo  que pidió "creatividad" y "libertad" para la próxima asamblea del mismo tema en 2015.

Pidió que "el Espíritu Santo, que en estos días intensos nos ha concedido trabajar generosamente con verdadera libertad y humilde creatividad, acompañe ahora, en las Iglesias de toda la Tierra, el camino de preparación del Sínodo Ordinario de los Obispos del próximo mes de octubre de 2015".

El documento final que ayer aprobaron los llamados "padres sinodales", los obispos con derecho al voto, contenía propuestas para la acogida a los gais y divorciados, pero no todos los puntos consiguieron la mayoría de dos tercios que se había requerido en las votaciones anteriores.

Para ver el documento, click aquí.

No obstante, el papa quiso que el documento, también con los tres puntos que no alcanzaron la mayoría, fuera publicado por completo, para continuar el debate, a pesar de las divisiones, en el próximo Sínodo. 

Entre ellos, el punto 52, en el que se proponía estudiar un camino penitencial para que los divorciados que se han vuelto a casar pudiesen recibir los sacramentos, fue el que más votaciones en contra tuvo, pero finalmente fue aprobado por 104 votos a favor y 74 en contra.

Lo mismo ocurrió con el punto 53 (112 a favor y 63 en contra) que instaba a continuar estudiando la posibilidad de que los divorciados que han vuelto a casarse puedan recibir "la comunión espiritual" o "por qué no pueden recibir la comunión sacramental".

La mayoría también aprobó, aunque hubo 62 votos en contra, que "los hombres y las mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto y delicadeza" y que se "evitará cualquier marca de discriminación".

A pesar de estas divisiones, el gran denominador común, como ya reflejó el mensaje de clausura también aprobado por los obispos durante la mañana, es que la Iglesia debe ser "una casa con la puerta siempre abierta, recibiendo a todos sin excluir a nadie".

En la ceremonia de hoy también fue beatificado Pablo VI (1897-1978), a quien se debe la creación del Sínodo de los obispos.

 

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