Brasil regresa con fuerza a la recesión

El Producto Interior Bruto (PIB) registró una contracción del 1,9 % en el segundo trimestre del año con respecto al primero, en su peor resultado desde inicios de 2009.

Manifestantes piden la renuncia de la presidenta Dilma Rousseff. (Vía: AFP)
Manifestantes piden la renuncia de la presidenta Dilma Rousseff. (Vía: AFP)

Brasil volvió hoy a adentrarse en una recesión al encadenar dos trimestres de fuertes retracciones y con la divulgación de nuevos indicadores que ensombrecen aún más el panorama de la mayor economía de América Latina.

El Producto Interior Bruto (PIB) registró una contracción del 1,9 % en el segundo trimestre del año con respecto al primero, en su peor resultado desde inicios de 2009 y que, por su magnitud, ha sorprendido negativamente a la mayoría de los analistas.

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El resultado no ha sido incluso peor porque el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), organismo estatal encargado de las cuentas públicas, revisó a la baja el dato de referencia del primer trimestre, que pasó de un descenso del 0,2 % al 0,7 %.

En el primer semestre, el PIB brasileño acumula un descenso del 2,1 %, con el que volvió a la recesión técnica de la que había salido al final del año pasado.

La coordinadora de cuentas nacionales del IBGE, Rebeca de La Rocque Palis, afirmó que el deterioro de la economía afecta a "prácticamente todas las actividades" y en parte se debe a las "turbulencias políticas" que atraviesa el país.

La delicada situación económica y los escándalos de corrupción han debilitado la imagen del Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, que inició su segundo mandato el pasado 1 de enero y ya ha enfrentado varias protestas multitudinarias en las que la oposición ha exigido su destitución o renuncia.

Entre los datos más preocupantes divulgados hoy figura la abrupta caída del 8,1 % de la inversión, lo que se ha debido al descenso de la producción y la importación de bienes de capital y también es reflejo del mal momento del sector de la construcción, uno de los más golpeados por la crisis.

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Las constructoras han tenido que paralizar proyectos inmobiliarios por la escalada de los tipos de interés, que llegan al 14,25 % y han ahogado las líneas de crédito.

El sector también se ha visto afectado, según informó el IBGE, por la investigación del gigantesco caso de corrupción que gira en torno a la petrolera Petrobras, que ha salpicado a las mayores constructoras de Brasil.

La formación bruta de capital fijo acumula ocho trimestres seguidos de retracciones, la peor racha desde 1996, con lo que la tasa de inversión bajó hasta el 17,8 % del PIB.

El consumo, otrora el motor de la economía brasileña, tuvo un descenso del 2,1 % como corolario del alza del desempleo y del desgaste que han supuesto en los bolsillos de las familias la creciente presión de la inflación, que se sitúa en el 9,56 % interanual, y el encarecimiento del crédito.

El gasto público se expandió un 0,7 % con respecto al primer trimestre, pero con respecto al año anterior se mantuvo a la baja (-0,3 %), lo que es fruto de la política de contención de gastos que está tratando de poner en práctica el Gobierno brasileño.

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A pesar de esta política de austeridad, el ahorro en las cuentas públicas se achicó considerablemente en julio pasado, concretamente un 61 % con respecto al mes anterior, según informó hoy el Banco Central.

En los doce meses cerrados en julio el déficit fiscal primario, sin tener en cuenta el pago de los intereses de la deuda pública, escaló hasta el 0,89 % del PIB, lo que complica el cumplimiento del objetivo del Gobierno de ahorrar un 0,15 % del PIB este año.

Teniendo en cuenta el pago de los intereses, el déficit fiscal saltó al 8,81 % del PIB en los doce meses cerrados en julio, lo que también se debe al aumento de los tipos de interés.

Esos resultados refuerzan las previsiones negativas de los economistas del mercado, que antes de conocer estos datos ya proyectan para este año una recesión cercana al 2,06 %, según encuestas elaboradas semanalmente por el Banco Central.

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El pasado miércoles Rousseff admitió que la crisis se mantendrá en 2016 y el país "va a seguir teniendo muchas dificultades", aunque manifestó su convicción de que la situación "mejorará" el año entrante. EFE

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